No tienes destino, no tienes ruta…
En esta ocasión quise simplemente comenzar una escritura libre, dejar fluir las ideas y los pensamientos. El único requisito o característica que me propuse es hacer que el escrito se sienta, redactarlo de cierta manera que provoque un sentimiento y este fue el resultado. A ver si es de tu agrado y si no, pues como quiera no esperaba agradarte.
No tienes destino, no tienes ruta.
Te encuentras ya concentrado, entregado, incautado ante la normalidad de la vida.
Te enderezas y respiras profundo. No logras entender esa segregación de sustancias en tu órgano cerebral que provocan sensaciones que no sabes cómo, ni por qué ocurren.
Tomas las llaves, cierras la puerta, enciendes tu coche y te das cuenta que de nuevo has caído en el hábito. Cierras el puño, bajas la ventana, la estela se queda inmóvil mientras arrancas en tu coche.
No tienes destino, no tienes ruta.
La brisa desprende fragmentos de cenizas que entran al auto hacia la parte trasera y lateral de la puerta. Brisas que recorren ante tus ojos de aquellos tiempos donde todo era diferente.
Desabrochas el botón superior, estiras el nudo, das un toque y metes el siguiente cambio de velocidad.
Nadie te espera, nadie te extraña, la alienación de tu ser ante tus ojos es evidente.
No tienes destino, no tienes ruta.
Aún sientes el aroma de aquella persona que te dejó en la bruma.
El indicador disminuye, bajas tu velocidad y te detienes a rellenar el tanque. El tanque de adormecimiento que necesitas para deshacerte de aquellas memorias.
Memorias que te quedan del tiempo y espacio de aquellas vivencias donde todo era diferente.
Hoy todo es gris, todo es incoloro. Cierras la tapa, tomas la caja, sacas otro, cierras la puerta y lo enciendes.
No tienes destino, no tienes ruta.
Pareciera que esto es una gruta. Un espacio enclaustrado que a pesar de la luz que entra, la sombra te mantiene castrado.
Solías ser aquella persona que de su mente viajaban las entregas esperadas por los otros. El reconocimiento y admiración estaban presentes. Han desaparecido ya los elogios y los buenos deseos. Pero esto no es el fin, a pesar del dolor hay algo que te empuja a ver el color. Recuerdas con vivencia el pasado y tratas de entender ¿qué ha pasado?
¿Será que he cambiado? ¿Será que estoy atrapado?
Te has dado cuenta de que el miedo, la incertidumbre y el sistema en general te han ocasionado un desbalance emocional.
No tienes destino, no tienes ruta.
Esto es tan sólo un simple pensamiento en un día que redactado con detalle lo hace ver más profundo. No te dejes llevar por esa supuesta profundidad de pensamientos del día que lo único que te provocan es entorpecer la vida y no te dejan apreciar el color a pesar de que no tengas destino y no tengas ruta.
Gracias por tomarte el tiempo de leerme. Espero este contenido te sea de valor.
No tengo la verdad absoluta y no impongo lo que pienso, si estás de acuerdo conmigo házmelo saber y si no lo estás también házmelo saber, lo único que quiero es que podamos expandir nuestra perspectiva, incrementemos nuestra consciencia y aprendamos a ver más allá de lo primero que percibimos.
