Conuco Music*: una mirada a nuestras raíces en la música electrónica cubana

La Jeringa
La Jeringa
Published in
17 min readDec 9, 2021

Por: Mirian Delgado Díaz

La búsqueda de la autenticidad, deviene rasgo característico de quienes se esfuerzan por crear desde lo novedoso y cuidado, desde un camino largo que requiere de intentos, de reflexiones, de aprendizajes que no pueden ser inducidos: deben experimentarse.

El desarrollo de nuestra música, rica por demás y afluente de tantas otras, es una inquietud que no cesa en sus músicos, estén dónde estén.

La música electrónica en Cuba, tiene como antecedentes primerísimos, por supuesto, referentes foráneos. Sin embargo, no menos importante ha sido el trabajo llevado a cabo por Juan Blanco, Leo Brower, Carlos Fariñas y Edesio Alejandro.

Inevitablemente los años han pasado y nuevas interrogantes están sobre la mesa: ¿A día de hoy, aún es posible encontrar elementos auténticamente cubanos en la música electrónica que producen DJs desde nuestro país? ¿Cómo podemos identificarlos?

En medio de tanto ruido, causado por el claxon o motores incesantes, hallamos en un pedacito de La Habana un espacio donde la música brota y apuesta por lo auténtico. Un sonido que surge luego de explorar ritmos que nos fueron legados, otrora mejor reconocidos por los de antes, no tanto así –pareciera- por parte de las generaciones más jóvenes.

Acerca de esas y otras cuestiones dialogamos con Leonardo Milano, quien actualmente trabaja en el sello musical Conuco Music.

Fotos: Cortesía del entrevistado

¨Conuco Music es la nueva propuesta que estoy trabajando junto con otros productores de la Isla. Es un sello musical donde estamos nutriéndonos de las sonoridades principales de la cultura cubana, como la música afrocubana y la música campesina, entre otras. Conuco Music es la idea de cómo crear una música electrónica en nuestro país con estas sonoridades¨, así ha definido nuestro entrevistado, en breves palabras, este proyecto.

¿Cómo surge el interés en rescatar esas sonoridades que vienen de Oriente y fusionarlas con la música electrónica?

Soy granmense. Empecé por piano cuando comencé a estudiar música, lamentablemente no pude seguir por mis manos que son muy pequeñas. Las obras con el paso de los años van siendo más complicadas. Por eso me pasé para el clarinete que fue el primer instrumento propio que tuve. Siempre me gustó más la música popular que la música clásica, pero por formación había que estudiar un instrumento empleado en la música clásica.

En ese tiempo que estuve estudiando clarinete, para la época de nivel medio, me nutría de la música popular tanto cubana como extranjera. Yo venía de consumir mucho rock and roll, la nueva trova, la vieja trova por todo este fenómeno sociocultural de los jóvenes que le gustaba descargar, incluso el jazz (a mí me encanta el jazz). Siempre me ha encantado descargar.

En ese mundo de la trova, el rock, el jazz, la música cubana, toda esa juventud musical se unía y descargaba. Me convertí en miembro de la Asociación Hermanos Saíz. Ingresé en algunos formatos ligeros de los géneros que he mencionado. Ahí fue donde empecé a desarrollar la motivación del porqué descargar. Siempre me encantó la parte de hacer solos.

Con el tiempo conocía nuevas propuestas musicales, amigos de otras partes del mundo que empezaron a darme música que jamás en mi vida había escuchado: todo empezó con música ligera, instrumental, música electroacústica. A partir de esas experiencias llegó mi interés por esta última, hice algunas cosas. Luego vino la música electrónica dance y con el acercamiento al mundo de los softwares arribó la motivación de crear música electrónica.

Después de graduarme, vengo enseguida para La Habana y por mi dominio del instrumento ingresé en algunas agrupaciones. Estuve en la Banda Provincial de Conciertos de la Ciudad de La Habana como tercer clarinete. En lugares ubicados en la Habana Vieja como El Floridita, La Bodeguita del Medio, en el Café París, conocía el mundo de subsistir como artista. Inició mi interés por conocer más a fondo la música cubana, aunque tenía una formación musical desde mi instrumento al haber tocado habaneras, danzones, guajiras, canciones clásicas cubanas, sobre todo arreglos en clarinete a acompañadas por piano, compuestos por el maestro Frank Fernández.

Poco a poco pensaba en la idea de aprender música tradicional, aunque cultivaba la música electrónica mientras tocaba además música tradicional.

Aquella música electrónica no era cubana, era extranjera, porque era el conocimiento que adquiría en ese momento y de igual manera escuchaba propuestas de otros artistas cubanos que mezclaban los ritmos de nuestra música con la electrónica. Está el caso de Kike Wolf, Wichy de Vedado y de Djoy de Cuba, quienes remixaban a los artistas originales; en el caso de Benny Moré cogían la pista original y encima ellos la trabajaban de una forma electrónica. Para mí, son los pioneros de una singular sonoridad de música electrónica mezclada con ritmos cubanos a modo remixes. En aquellos tiempos no tenían samples ni instrumentos orgánicos de percusión como para hacer la música que estoy haciendo gracias a los adelantos tecnológicos.

Con el tiempo me fue interesando y me dije que, si yo tenía el conocimiento de poder hacer música cubana y tengo la base de hacer música electrónica, mi sueño era hacer una música auténtica. Vinieron mis primeros viajes por el extranjero; en cada uno de esos sitios conocí mucha música electrónica y eso aumentó la posibilidad de entender mejor cómo se manejaba todo aquello. Regreso a la Isla y me dan las ganas tremendas de conversar con algunos compañeros y les digo que donde único en el mundo veo que no existe una música electrónica auténtica es en Cuba aunque sí ha habido DJs [1] que han intentado hacer cosas auténticas, años atrás. Pero hablo del proceso de crearlas con todos nuestros instrumentos y que sea un género propio sin tener la necesidad de incluir un subgénero.

Mi deseo es construir nuestros géneros propios, o sea, si nos alimentamos de la cultura yoruba, que suene electrónicamente yoruba. Hay muchos géneros en nuestra cultura campesina. Vamos a poner el ejemplo del changüí: que suene un changüí electrónico y no que suenen elementos del changüí con un género de house (ya eso se hizo). Ahora debemos desarrollarlo de cero con nuestras sonoridades sin tener que incluir ningún género extranjero. Es ahí donde viene mi gran deseo por CONUCO MUSIC.

¿Por qué Conuco?

Es la palabra que define una pequeña área parecida a una finca, pero siembras algo pequeño, semillas como girasoles, tomates, pequeños frutos, tubérculos. Por eso Conuco, una sonoridad pequeña está empezando ahora en el estudio de esta música: ¿cómo suena dentro de la sonoridad yoruba, el son, el changüí? Es la sonoridad del changüí, del son en la electrónica, es la armonía, la polirritmia, es la manera en que toca el tres, es directamente en la electrónica. No es salirnos mucho de ese espacio, aunque también la parte buena que tiene la electrónica es que rompe muchos esquemas, cosa que no puede hacer mucho la música cubana tradicional, ni la clásica ni la afrocubana: todos estos ritmos tienen que tener un respeto y una conservación; no puede haber literalmente un escándalo de fuera de orden porque para eso ya existen géneros.

Nosotros, los contemporáneos, podemos romper un poco de esquemas. ¡El changüí tiene tantos instrumentos! Prescindimos de cinco de ellos y actualmente en la música electrónica cómo la estamos trabajando hay muy poco valor en la sonoridad, vamos a decir de manera minimalista. Eso me ha llevado mucho tiempo para poder demostrar con un carácter y con un valor musical, incluso al músico que conoce del changüí, que sí, ahí está el changüí.

Porque al principio algunos me decían que todavía me faltaba mucho para demostrar qué era un changüí electrónico. Y eso me llevó un estudio profundo: visualización de documentales, estudiar la música en sí, así como tener pequeñas conversaciones con intelectuales del movimiento de la música tradicional.

Para nosotros este es el gran avance -en primera instancia- que le damos a Cuba porque mi conocimiento lo aporto por la experiencia que he tenido conociendo al mundo: he estado en Brasil, Panamá, Londres, Serbia, Albania, Montenegro, Macedonia, en muchas otras latitudes de Europa y en otras de Latinoamérica. Me he dado cuenta que todos esos países han desarrollado una potencia musical electrónica; y en comparación con el nuestro no quiero decir que no lo estamos haciendo, pero el desarrollo principal de hacer un género auténtico, es el objetivo central que perseguimos.

He visto otros DJs –como los muchachos que me comentaste el otro día -Classroom- que están haciendo cosas interesantes. Ese es el punto: que cada cual haga y sea creativo. Con la experiencia que he visto en el desarrollo de la música electrónica dentro de Cuba, por eso es que quise crear autenticidad y no depender de ninguna sonoridad extranjera. Puesto que nosotros mismos podemos desarrollar con sonoridades cubanas nuestra propia electrónica; y jugar con ciertas armonías y colores. Ese es el punto: lo estamos logrando. Todavía se requiere mucho estudio, porque imagínate, la evolución del house en Estados Unidos llevó mucho tiempo.

En este proyecto partimos de cero, desde lo sonoro afrocubano y tradicional de nuestra música. Somos cuatro integrantes oficiales en el sello musical. Por ejemplo, a partir de Eyeife, uno de los principales festivales que empezó a promocionar esta sonoridad, es donde me di cuenta de que gracias a la motivación de un evento como este, convocas artistas de todo el país para presentar su música y puedes conocer el nivel del talento existente. Ahí conocí a Manolo Scram –quien estudia dentro de su estilo- y me interesé por su trabajo; hay otro muchacho que se llama Kurro Miranda y produce asimismo una sonoridad dentro de lo yoruba. Mientras ambos van a las sonoridades afrocubanas, yo parto esencialmente de las campesinas tradicionales, buscando un equilibrio para ir dando matices diferentes al sello.

Y está River Sound, artista que comenzó como yo al principio con sonoridades de la música electrónica de otros países y cambió completamente: está trabajando sobre la sonoridad afrolatina, que incluye la sonoridad de la salsa, de lo africano-cubano. Él lo hace de una forma interesante: con poesía hablada: busca poesías antillanas –fundamentalmente de Nicolás Guillén- de forma rapeada y le pone la música de fondo.

De momento somos 4. Aún investigo otros productores en el resto del mundo, porque he conocido cubanos fuera de aquí que hacen esta sonoridad cercana a lo que estamos haciendo.

¿Cómo recuerdas tu experiencia en Eyeife con respecto a la sonoridad que defiendes y que permanece en constante evolución?

Eyeife decidió hacer un concurso en la cuarta edición, para explotar la visibilidad de la música electrónica en Cuba. Fueron enviadas alrededor de 200 propuestas –muy interesantes- a nivel nacional. En ese tiempo ya yo llevaba un año haciendo un estudio de mi primera producción, con referencia de la música tradicional. El tema se llama ¨Sabor de Oriente¨; le pongo el nombre por el género del changüí además de las características que esta sonoridad lleva. Gané el primer lugar. El maestro Edesio Alejandro en la selección con el jurado comentó que la propuesta que veía más cerca de lo auténtico de una electrónica cubana, era ese tema.

Presenté ¨Sabor de Oriente¨ -que destaca la sonoridad de cómo hacer un changüí en la electrónica- junto con dos propuestas más: un changüí de manera africana, elaborado principalmente para reflejar el solo del bongó; y la tercera propuesta fue una sonoridad latinoamericana en general, específicamente de la parte central y sur; es una inspiración de cómo para mí sonaban o sonarían las sonoridades ancestrales de la cultura taína. Durante un año en Brasil, tuve la oportunidad de conocer gran parte del Amazonas, estuve en Recife, en el estado de Pernambuco, ciudad primerísima de la cultura negra en el gigante sudamericano. Investigué sobre el sonido taíno, pero es muy difícil porque no solamente es hacer música e inspirarme, sino buscar elementos vivos e insertarlos en la música electrónica. Gracias a que pude estar en Brasil, abrí ese campo. Ahí es donde está la célula.

De dónde provengo, así como en Holguín, Guantánamo y Santiago de Cuba, existen indicios arqueológicos e historia de los taínos, por esa razón, además, dirigí la mirada hacia la búsqueda de sonoridades vinculadas a estos habitantes y vincularlas con la electrónica. En Internet descubrí a quienes cultivan un estilo de vida muy parecido a cómo vivían antes los aborígenes: alrededor de 3000 personas que viven en las zonas intrincadas de La Ranchería y La Caridad de los Indios, localizadas en Guantánamo. Coincidí con un documental realizado por un actor cubano hace mucho tiempo donde se metió hasta allá adentro y rescató mucha información. Resultó muy novedoso, pues a través de eso, siguió el estudio sobre estas familias.

Estuve estudiando durante un año, buscando sonoridades típicas…Lo único que queda vivo –proveniente de Sudamérica- es el guamo. Cuba, Brasil, Venezuela, Perú, Colombia son países donde se puede encontrar. El catá, está a su vez en otras culturas como Puerto Rico, República Dominicana. El mayohuacán perteneciente de igual manera a la percusión, tiene una presencia importante como herencia cultural´. Estos instrumentos quedaron en algunas zonas de Cuba, por ejemplo, en el Museo de Banes, en Holguín; hay museos arqueológicos en Granma, Pinar del Río, Camagüey.

Logré abstraerme en ello y en el documental, hay una cosa interesante: tienen un ritual a partir de celebraciones cantadas, no utilizan percusión. Según ellos, así es como fueron enseñados por sus familias, y mantienen la tradición.

A mí me gustó mucho la voz de la señora que aparece y lo llevé a una creación musical. Jugué con sonoridades como las del guamo, el catá, otras tropicales que se utilizan en esa música como las marímbulas; los bongós que antes eran literalmente trozos de madera que no usaban cuero, simplemente lo tocaban con palos.

Otra de las fuentes de las cuales me nutrí para hacer estas cosas, retomando la figura de Edesio (Alejandro), fue de su música afrocubana. Él quiso desarrollar algo y lo logró. Y es ahí donde yo quiero crear una sonoridad propia con la que empezamos a disfrutar de esas cosas nuestras. Al principio me pasaba como los djs, que tenían miedo de mostrar su trabajo por miedo al rechazo. El público cubano sobrevalora lo foráneo y subvalora lo interno.

¿Qué representa Eyeife para Leonardo Milano?

Eyeife es un festival importante, sobre todo para la creatividad de la música electrónica. Pienso que debe seguir desarrollándose y ser más auténtico. Por ejemplo, nosotros como sede musical queremos tener mucho el cuidado de mantener un perfil y no sobresalirnos de la línea, así como mismo lo han logrado todos los géneros. Es lo que me encantaría que Eyeife hiciera. Sé que la música electrónica es variada, no tenemos muchos festivales y este brinda la oportunidad de que todos puedan participar. Eso yo lo entiendo, no podemos compararnos con otros países donde se organizan alrededor de 500 festivales y están bien delimitados.

Eyeife ha sido uno de los pioneros que ha dado la oportunidad a que se conozca la música electrónica en Cuba. Yo viajo constantemente a lo largo de nuestro país entera y me sorprendo cada día cuando pongo el ritmo y la gente me pregunta qué es. Por lo tanto, pienso que no se conoce todavía y por esa razón debe continuar profundizándose, abriéndose más oportunidades. Una vez al año no es suficiente, porque una vez al año a la gente se le olvida.

Es necesario que lleguen otras oportunidades otros certámenes en Cuba, por ejemplo, para los DJs que hacen dubstep en Cuba, vamos a hacer un festival de dubstep; para los DJs que hacen techno, uno de techno. Para los DJs que hacen jazz, vamos a hacer un festival de jazz en la Isla, aunque existen el Jazz Plaza y el Jójazz, son dos vertientes diferentes, festival y concurso, que promocionan este género musical.

Eyeife y otros espacios están apoyando la música electrónica y ya eso es importante. Los cubanos están conociendo la música electrónica en disimiles formas: cada uno de los DJs de eyeifeianos tiene su propia sonoridad.

A mí me gustaría crear -después de este desarrollo- un festival con esa sonoridad que tanto anhelo y que la gente en él pueda encontrar música cubana electrónica. Ese es mi otro sueño, vendrá con el tiempo. Hay jóvenes que me escriben y me dicen que les interesa lo que hago, y que les gustaría tener el conocimiento. Yo tampoco lo tuve: empecé en una escuela, tenía que ir a pie o en la bicicleta -que en ocasiones se ponchaba- a casa de otros y así iba aprendiendo. Hoy en día ustedes tienen wifi o los datos móviles; simplemente escriben en Google música electrónica y tienen mucha información.

Aprovechando que hablamos desde tu rol como profesor, cuéntame un poco acerca de esta experiencia.

Es un proyecto para formación de Djs. Es un curso básico de DJs de sala, no como productor ni productor musical. Un DJ de sala solo poncha música en una disco, en un salón, te la mezcla, hace un show con ello. El DJ productor –mi caso- toca la música y la produce, mientras que el productor musical es aquel que compone, hace arreglos, transcribe. También existen quienes solo son arreglistas, por ejemplo, para una orquesta.

Este curso, con una duración de tres meses, te permite saber cómo tocar unas máquinas de DJs. Queremos impartir cosas más complejas, pero con las condiciones que tenemos actualmente solo damos el curso básico. Esto empezó hace tan solo un año y hay muchos jóvenes que quieren aprender, fundamentalmente por la sonoridad extranjera.

Dado que estás de acuerdo con la idea de que la creatividad se entrena y es relevante en la evolución de la música electrónica, ¿cómo definirías esa creatividad?

El tiempo invertido, sobre todo en el estudio que saco de todas mis investigaciones para incluirlas en mi música, que tenga una estructura característica y te des cuenta del sabor indiscutible de la sonoridad cubana. Ese es mi principal fundamento. De manera que cuando escuches mi música te des cuenta de que hay una cadencia cubana, pues me nutro de toda esa esencia que viene de los maestros; aunque aprecio cómo va el mundo, no puedo estar en contra de ello. Eso es algo que choca a los artistas: cuando no quieren estar a favor de muchas dinámicas diferentes a lo que realizan.

Soy consciente de que yo no hago una música clásica o jazz, ni salsa, ni son, tampoco changüí, sin embargo, tengo influencia de todos estos géneros en mi música electrónica y ahí la convierto entonces, musicalmente, con las bases y las estructuras de la armonía en el género que vaya a trabajar. Si voy a usar, por ejemplo, el concepto afro y el concepto de changüí, trato de mezclarlo de manera que no se interrumpan los dos, que haya una libertad entre ambos y dialoguen. Eso requiere de mucho tiempo de dedicación. Tiene que haber un espacio y un descanso: no se pueden forzar los géneros.

Lo mío es ser un DJ que toca instrumentos en vivo y una música agradable con elementos cubanos, pero es para bailar esencialmente. Por otra parte, gracias al estudio personal durante tres años de la sonoridad que me interesa, es que el primer lanzamiento de Conuco Music será el día 3 de diciembre.

Me gustaría que hablaras de tu relación con Kumar.

Me acerqué a partir de un amigo mío que trabaja con nosotros en el proyecto, Fidel Karabina Kubilete. Él me lo presenta por esta misma inquietud creativa. Kumar es uno de los pioneros en este mundo musical. Surgió la idea de colaborar en uno de sus recientes álbumes, y quiso hacer un álbum remix. Me interesé por una de sus pistas y le propuse aportarle como elementos nuevos la parte campesina de mis orígenes y mi instrumento, el saxo, muy popular en la música latina y en la electrónica.

De la manera que toco el saxo en mi música es un pasaje por cómo sonaba la salsa en los 70´, 80´. La rapidez de nuestro modo de vida influye en que la salsa de ahora no sea como antes. Para ser músico, había que ser increíble. Un rockero de antes era jazzista, tocaba la guitarra. La música se ha vuelto más ligera, menos de estudio y más comercial. Como lamentablemente las empresas y el comercio, han acabado con la creatividad musical, por eso es que la música está tan ligera, no hace falta hacer un súper solo, en algunos subgéneros o estilos. La presencia de tantos subgéneros ha provocado la alternancia entre el decrecimiento y crecimiento de la música. Por ejemplo, el rock and roll clásico mantiene su estilo, pero hay una variante del rock que no necesita que la guitarra sea tan brillante.

Por otra parte, los artistas latinos, ya hacen la música tan sencilla que eso deriva en que el músico pierda su valor creativo. Es por eso que los músicos cubanos de élite no soportan escuchar música comercial. ¿Y dónde está la creatividad?

Yo hago una música ligera donde mi principal concepto es que tenga un valor nutritivo cultural, fresco, sencillo, bailable y que esté presente la creatividad y su evolución.

Algunos proyectos sobre los cuales puedas comentar

Estamos en pleno lanzamiento en una colaboración con Irakere. Tuve la oportunidad de ser parte de una familia de artistas, donde principalmente está ese legendario grupo; y es un homenaje que le hacemos. Es una producción de la mano de la EGREM, un disco entero; en cada tema hay un director musical, productor musical y varios músicos.

El vínculo con Roniel Alfonso -director musical, yo parte de la producción por la parte electrónica- incluye un nuevo arreglo de ¨Baila mi ritmo¨, pero llevarlo a lo contemporáneo con música electrónica, desde ese punto de vista y respetando los valores del concepto de la canción original. Allí están involucrados Cimafunk, como vocal; Alejandro Falcón en el piano, Alexander Abreu en la trompeta, El Peje en el drums y El Negro en el bajo -músicos de Irakere-; el saxofonista tenor, Germán Velazco y otros trompetistas jóvenes que son parte de la herencia del legendario grupo.

Entre los otros músicos presentes en este fonograma se encuentran César López, los hijos de Chucho, Cucurucho Valdés.

El disco está terminado, es súper interesante, está en la fase de mezcla-; nuestra propuesta también se concluyó. Pienso que para diciembre ya está el lanzamiento. Se han estado haciendo promociones de los sencillos hasta después del lanzamiento del disco entero.

En diciembre también llega mi primera propuesta de Conuco, el tema llamado ¨Folklore en Ibiza¨ que lanzaremos con Tikuna Tracks, subsello brasileño del madresello Sure Player Recordings, sello británico. Ambos trabajan una sonoridad afrolatina de la música electrónica. Debatí con ellos esta propuesta y les pareció súper interesante la sonoridad de ¨Folklore en Ibiza¨: es la mezcla de la música afrocubana con lo tradicional.

¿Por qué ese título?

Siempre hemos tenido el afán de tocar en Ibiza, creo que todo DJ. Nos gustaría ver qué representamos nosotros en Ibiza el día que toquemos allá. O sea, ¿cómo suena un DJ cubano en Ibiza? Es la característica que le dimos a este tema.

Soy DJ residente en una sección de radio en Ibiza. Estoy trabajando con Playa Sol Ibiza, que es un sector de radio, dentro de una compañía prestigiosa en Ibiza, que trabaja música electrónica del mundo entero. Ellos me encontraron por internet, les encantó lo que estaba soltando por las redes, me invitaron a su radio, y me hicieron la propuesta de ser residente. Soy el único cubano ahora mismo tocando música cubana en Ibiza. Desde Cuba, claro, porque es de manera online.

Me dijeron que mi sonoridad estaba gustando mucho y decidí hacer un tema que se llamara “Folklore en Ibiza”. Les encantó la idea.

Tenemos muchos proyectos en general. Uno de ellos será con Kumar, quien es pionero de este sello, porque todo parte de la unión de él conmigo. Es una gran meta y preocupación porque lo que queremos hacer es bastante complicado: requiere de un estudio muy profundo.

* La entrevista fue realizada antes del lanzamiento el pasado 3 de diciembre de ¨Folkore en Ibiza¨, el primero de este sello musical

[1] Se conoce como disc-jockey o pincha discos a la persona que selecciona y mezcla música grabada propia o de otros compositores y artistas, para ser escuchada por una audiencia.

--

--