Los putos estereotipos

La Jeringa
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10 min readMay 17, 2021

Por: Barbara Molina

Ilustra: Karen Rivero

Hace pocos años descubrí mi fascinación por el cine. Siempre dicen que la realidad supera a la ficción, pero en lo que a mí respecta, nada se compara con una buena serie de televisión que te deje pegado al sillón por días, o una película que te saque lágrimas y sonrisas por igual, te incomode, te haga sentir parte de ella. Cuando Diego Carranza me preguntó si quería escribir algo para la semana dedicada a la comunidad LGBTQ+ en La Jeringa, le respondí que sí, mas con la condición de que fuera acerca del séptimo arte. Efectivamente, me comuniqué con el equipo de la revista vía WhatsApp, y le expresé mi entusiasmo por colaborar con este tema en particular. Le envié un texto de prueba (uno de los típicos ensayos de la escuela), y bueno… aquí están leyendo este artículo.

Tardé días en escribir siquiera alguna línea, o hacer la selección de películas que querría tratar. Estuve indecisa respecto a los temas que pudieran causar interés y despertaran curiosidad por su representación en la industria cinematográfica, con los cuales los miembros de la comunidad[1] pudieran sentirse identificados, así como otras personas que tuvieran algún familiar, amigo o conocido que formara parte de ella. Llegué a la conclusión de que mi opinión sobre este tipo de filmes, aunque fuera válida, necesitaba el argumento de los propios miembros de la comunidad LGBTQ+, para así ejercer un dictamen sincero, sin caer en absolutismos. Por eso, confeccioné un formulario que envié a varios amigos, a los que pedí, además, se lo reenviaran a otras amistades que estuvieran dispuestas a participar[2].

Primeramente, pensé en solo remitirlo a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales a los que soy cercana. Pero analizando bien el objetivo de este ejercicio de escritura (formular una opinión abarcadora acerca de la temática queer[3] en el cine y cómo se siente el público respecto a ello, difiriendo de su orientación sexual o identidad) me propuse seguir ampliando la amalgama de referencias dadas.

Las preguntas del cuestionario fueron simples: ¿Cuál es tu película favorita de temática LGBTQ+? ¿Cuál es la que menos te ha gustado? ¿Con qué personaje te sientes identificado? ¿Qué te gustaría ver en este tipo de películas? ¿Qué es lo que quisieras que fuera escenificado?

De manera menos formal, debatí con colegas durante varios minutos por chat; sus respuestas fueron heterogéneas. Me llené de gozo cada vez que alguno me habló con franqueza de su película predilecta, incluso enviando la portada, diciéndome la escena que más le había impactado, el diálogo que les había sacado las lágrimas, y buscándome los premios que justificadamente había obtenido.

Los participantes de este ejercicio me convidaron con sus comentarios a guardar con mayor cariño el recuerdo de esos films, y con sus alusiones me contagiaron la impresión positiva que habían ejercido en ellos estos largometrajes. Sacaron a la luz películas guardadas en mi memoria que me causaron cierto agrado (no más de lo normal) en su tiempo, y otras que había olvidado debido a la insensibilidad con la que abordaban el tema.

Siempre he visto esos trabajos con ojo crítico. Me he preguntado, en numerosas ocasiones, por qué la mayoría de ellos tiene un estereotipo del hombre o la mujer gay, el trans ni siquiera aparece, y al final, todos son personajes rechazados por la sociedad que tienden a la autodestrucción, y muestran un nivel de marginalidad excesivo y poco realista en algunos casos. Con estas características, varios films acuden a mi mente (no solamente con temática LGBTQ+, sino con personajes de esta comunidad que, aunque fueron secundarios jugaron un papel fundamental): Las edades de Lulú; Todo sobre mi madre; Philadelphia; Dallas Buyers Club; Gia; Rebecca; The Danish girl; Últimos días en La Habana; entre otros. Algunas basadas en hechos reales, otras con historias provenientes de la imaginación del artífice, que engloban el imaginario que la población puede tener acerca de lo queer.

(…)Si te soy sincero no me siento representado en ninguna, no me agrada el tratamiento de los personajes (…) pero ya con “Call me by your name” se abre una puerta de empoderamiento de esta comunidad, sin caer en el esquema de persona que sufre bullying y es menospreciada.

Varias personas citaron como favoritas a Brokeback Mountain y Call me by your name, películas que muestran el amor de dos hombres, no tienen final feliz, pero son hermosas a su forma. ¡Y qué forma tan temeraria de demostrarlo Ang Lee en Brokeback Mountain! Para la sociedad americana el cowboy es sinónimo de masculinidad, de stright[4]; aún sin oler a Clint Eastwood en alguno de sus westerns, sé que su sudor desprende testosterona en grandes cantidades. Enis del Mar y Jack (protagonistas de Brokeback Mountain) viven un amor de encuentros casuales, donde, a pesar de estar casados y formar una familia con sus respectivas esposas, no dejan de buscarse, pues es muy fuerte la atracción magnética que sienten. Por eso, aunque Alma está en la ventana observando a su esposo, los dos hombres no se detienen hasta encontrar sus labios.

Fotos: Tomadas de Internet

En Call me by your name, no fue necesaria una escena explícita de sexo para saber que los amantes consumaron su amor. Luca Guadagnino al situar a estos dos atlantes reposando juntos (típica escena after sex) mereció mis respetos hacia esta película, al igual que sus protagonistas; es una historia que funciona para cualquier tipo de pareja. Hollywood debería emplear más presupuesto apostando por este tipo de films.

(…) La verdad, prefiero el empoderamiento femenino, ser mujer y lesbiana no es fácil en el cine, el hombre gay es mejor visto que la mujer gay.

En 2019 Francia nos sorprende con una historia encantadora, sin un final feliz (eso solo existe en las historias de amor hollywoodenses), pero que nos regocija: Portrait de la jeune fille en feu. Con una fotografía que da ganas de insertarse en la pantalla, Céline Sciamma (directora) gana nuestros corazones a través de Marianne y Héloise. La pintora que se enamora de su modelo, un escenario tan común, tan cliché, pero que es dibujado de tal forma que resulta enaltecedor. A Marianne la atrae el misterio de Héloise, a Héloise la libertad de Marianne. En la escena previa al final, Marianne ve un retrato de su amada en una exposición colectiva, pintada sujetando el libro en el que dibujó su autorretrato. Eso fue suficiente para darle al espectador algo de lo que agarrarse, una esperanza, una expresión como: “no están juntas, pero se siguen amando”. Si el film tomara lugar en la contemporaneidad, fácilmente hubiera sido otro el desenlace, pero el período es lo de menos en la película; el recuerdo del amor a través del tiempo, eso sí que importa.

(…) La película de la rubia del pelo corto con la trigueña riquísima.

Un amigo heterosexual al que le hice el cuestionario, me respondió a su película favorita: Below her mouth. Mi reacción no fue la mejor. Cuestioné cómo una película tan burda podría ser su preferida, y entre risas me confesó que exactamente por eso, por ser una película “porno con historia”, algo así como una mala versión de La vie d´ Adele. Posee una trama con cierto potencial, pero imita varias escenas de la película francesa (un ejemplo es la escena del bar), e incluso los personajes tienen semejanzas físicas (trigueña y rubia en ambos casos). A pesar de que el film culmina con las protagonistas como pareja (por fin tenemos nuestro final feliz) es una película incómoda de disfrutar por la cantidad de escenas de sexo prescindibles (¿era necesario que la actriz mostrara más de tres veces cómo podía ponerse el juguete sexual?).

En La vie d´ Adele también hay sexo explícito, sin embargo, la película gana en historia, actuaciones y diálogo. Aunque, le preguntaría a Abdellatif Kechiche (director): ¿por qué hacer una escena de siete minutos de relaciones sexuales? Pienso que se pierde la esencia de la película, se sexualiza a las protagonistas, y por lo tanto, no se evidencia el verdadero sentimiento sumergido en la trama. Las películas de parejas femeninas tienden a tener escenas de sexo explícito, y no digo que no se deba, pero, ¿ese es el mensaje que quieren transmitir? Hay cierta ambivalencia en las representaciones (como entes sexuales) con respecto a los homosexuales masculinos.

(…)No te puedo ayudar, soy un gay homófobo del cine LGBT; es muy triste, yo vivo una constante película amorosa, en mi vida no tiene cabida un final feliz o uno trágico.

No hay mejor ejemplo para una película con un final, ni funesto ni oportuno, solamente aceptado que Una mujer fantástica. Tiene hermosas escenas metafóricas, como aquella donde la protagonista pone en sus genitales un espejo donde observa su rostro; o en la que no puede casi caminar debido a que el viento se lo impide, pero lo sigue intentando y lo consigue, logra avanzar a pesar de todo; y no podía faltar: la escena musical (en medio de aquella película sin previo aviso). El film aborda la vida de un trans de la manera más realista y natural posible, denunciando el trato deshumanizado que muchos de ellos viven a diario. Es una película esperanzadora que sobrepasa los límites de la especialidad y la sensibilidad. La protagonista es ideada por un trans en la vida real, definitivamente, la mejor decisión que el director y el equipo de trabajo de Una mujer fantástica pudo tomar.

(…) No todos somos marginales, algunos queremos una película de amor convencional.

Love, Simon es la típica película comercial hollywoodense: jóvenes estudiantes en pleno desarrollo hormonal que comienzan a simpatizar con sus aledaños. A pesar de ser una producción ciertamente cliché y como me gusta llamar: “rosa”, proveyó una nueva voz a la comunidad, les dio su amor juvenil, tierno, pícaro. Muchos amigos y conocidos, cuando les pregunté por el personaje con quien se sentían identificados, nombraron a Simon. Señalaron que ojalá, en un universo paralelo, las familias tomasen una posición como la de la familia de él; sus amigos los comprendieran como los del protagonista; o vivieran un amor así.

Cuando en la Televisión Cubana eliminaron la escena del beso de los protagonistas en la rueda de la fortuna, ahogaron esa voz. No sé cuántos estados de WhatsApp vi llenos de indignación. Recuerdo (no textualmente) que uno de ellos decía: “¿Por qué lo eliminan? Si fuera una pareja heterosexual lo habrían dejado”. A pesar de las disculpas y comunicados, el daño estaba hecho, pero no vamos a ser tediosos, la voz de la comunidad no va a morir nunca, es una voz de resistencia.

(…) tengo interés especial por los contrastes y los conflictos de identidad entre macho tradicional y proyección queer.

The Rocky Horror Picture Show es fantasiosamente exagerada. Recuerdo haberla visto cuando comenzaba mis estudios de Historia del Arte, y apenas tenía un conocimiento medio del cine. En un primer momento me llamó mucho la atención: “¿Este hombre es un travesti?” “Se comporta como hombre, pero se viste de mujer.” “¡Estuvo sexualmente con ambos protagonistas!”. Película que refiere constantemente al cine, la literatura de horror (vamos, con solamente ver el título) y, por si fuera poco, es un musical. Realizada en 1975 con todo el apogeo de la contracultura, es válido que la Century Fox haya querido participar en esta “vorágine” también. El Dr. Frank N. Furter es el personaje más descabellado que hasta este momento he visto en el cine por su genialidad. Un hombre físicamente que, como dice Rufo Caballero, tiene una tercera identidad y libertad sexual, todo esto en el primer quinquenio del 70; estaba adelantado a su tiempo.

(…) los putos estereotipos.

El cine con temática queer definitivamente debe evolucionar, y no centrarse únicamente en el “estereotipo” que hasta hoy día persiste. Debe dar espacio y visibilidad a todos los integrantes (y recalco TODOS) de esta comunidad. El séptimo arte resulta muy atractivo visualmente, y hay que explotarlo para enaltecer la realidad, exprimir sus posibilidades, hasta que su médula quede sin jugo; me atrevería a decir que es una de las manifestaciones artísticas que más se consume en la actualidad. Entonces, creemos un buen arte sin tapujos, buenos escritos sin reservas, vamos a alzar la voz por todos. Por un cine realista y/o ficticio, pero inclusivo.

[1] Con este vocablo siempre haré referencia a la comunidad LGBTQ+, durante este trabajo.

[2] Agradezco infinitamente a todos los participantes por sus respuestas.

[3]Raro o peculiar.

[4] Derecho, recto.

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