No temas a tu inspiración

La Jeringa
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6 min readApr 24, 2022

Por: Camila Zorrilla

Titina Style constituye un estilo fotográfico marcado por una de las fotógrafas de moda y publicidad más influyentes de la capital cubana. La autora Joanne Marina Soto, mejor conocida mediante su nombre artístico: Titina, participa en la palestra fotográfica como exponente activo y transgresor. Le acompañan una sensibilidad visual y creativa, capaces de recrear imágenes que difícilmente pasan desapercibidas. Luego estamos en presencia de una mujer joven, innovadora y desprejuiciada, que hace de su obra un eco de estos adjetivos.

Cada serie fotográfica en la que Titina se sumerge constituye un mundo. Porque le interesan muchas cosas: las diversas perspectivas de un mismo objeto, persona o espacio; trabaja, juega con ellas de manera muy acertada. Y son, precisamente, estos elementos curiosos y observadores de su personalidad quienes le conducen hacia la producción un estilo artístico propio y provocativo.

A diferencia de otros fotógrafos, Titina recurre a la manipulación de la imagen con cierta frecuencia. Utiliza el arte como un instrumento de terapia personal. Tiene la necesidad de dejarse llevar por sus instintos y despojarse de pautas o elementos preestablecidos. Claro, estamos hablando de una artista de la fotografía que estudia y conoce la técnica, pero que también es capaz de extrapolar estos conocimientos.

Sin duda alguna, la diversidad e intensidad de colores (expuestos como entes visuales protagónicos de sus fotografías) llaman exponencialmente la atención del espectador. El color adquiere tal poder, que únicamente podría ser subyugado por las posturas retadoras y en ocasiones extravagantes de los modelos. Se trata de buscar la inspiración en lo diferente. Transmitir un mensaje mediante la conjunción de figuras y elementos sospechosamente artísticos para otros, pero que en Titina Style adquieren un espacio infinito.
He tenido el placer de entrevistar a la joven autora, quien con determinada amabilidad aceptó la petición de nuestro equipo Jeringuero. La entrevista abarca consideraciones reveladoras del proceder artístico de Titina, así como otros aspectos generales de la fotografía.

¿Podrías definir en una palabra o frase tu fotografía?

Para mí es difícil de definir, pero te diría que quizás como un globo.

¿En qué momento sentiste que ya estabas atrapada en el mundo fotográfico?

Creo que desde un comienzo, justamente cuando me di cuenta que me atraía hacerle fotos a mis amigos modelos. Quedaba muy satisfecha con el resultado. Incluso, cuando comencé a mostrárselo a otras personas, vi que ellos también tenían una buena impresión. Me decían que les gustaba, que me dedicase a estudiar y superarme en ese mundo. Y ahí fue cuando sentí que me podía dedicar a ello.

Se afirma que el arte constituye un mecanismo de expresión. ¿Te expresas a través de tus fotografías?

Veo al tipo de fotografía que hago como una satisfacción muy grande, que me permite jugar con muchas herramientas y otros elementos, incluyendo al ser humano. Las texturas, vestuarios, locaciones, colores, ediciones, sonidos, experiencias; me resultan muy interesantes en combinación. Son muy variadas e infinitas. Es placentero el hecho de poderlas contrastar y expandir en ese sentido. Además puedo aterrizar, materializar ideas e imágenes que tengo en mente. Lo que expreso es que justamente me atrae la conexión de todos estos elementos.

¿Qué le otorga valor artístico a una imagen?

Uno de los elementos más importantes es la creatividad, entre otros.

Coméntanos un poco acerca del trabajo con los modelos. ¿Los seleccionas tú a ellos, o viceversa?

En el caso de los modelos ha sucedido de ambas partes. Algunos me llaman porque desean colaborar conmigo, me piden que les tenga presente para una sesión de fotos. Con otros sucede todo lo contrario, soy yo quien los selecciona, ya sea mediante casting o a través de sus perfiles en redes sociales, porque me llaman la atención y me interesa trabajar con sus imágenes. A veces me recomiendan modelos, a otros los conozco en trabajos que realizo y me quedo con sus contactos, de esa manera los tengo en cuenta para trabajos personales.

Apelando quizás a la imaginación, ¿quién (es) sería tu modelo ideal?

No tengo modelo ideal ni tampoco me lo imagino, porque me encantan muchas cosas de este mundo, muchas personas me resultan interesantes, muchos objetos me atraen. Todo lo que conozco tiene su encanto. Para mí lo ideal está en el hecho de poder mezclar, contrastar, ilustrar, dibujar, iluminar las cosas; pueden ser humanos, animales, objetos o texturas de cualquier tipo.
En buena parte de tu trabajo se aprecia la manera en que utilizas y juegas con valores cromáticos de gran intensidad.

¿Acaso hay en ello cierta influencia del estilo pop-art norteamericano?

Yo no soy consciente de por qué suelo utilizar variedad de colores e intensidad en ellos. El querer, incluso, pintar las imágenes, colorearlas, ponerles cualquier tipo de trazo que me venga en mente, forma parte de un proceso totalmente libre, relajante, abierto; sin ninguna intención de querer enviarle un mensaje al espectador. Lo hago como terapia personal, es algo que me alivia y me seduce. Si los espectadores lo reciben como arte pop o algo así, por mí perfecto. Pero en realidad no soy consciente de eso que hago, de qué fuente pueda provenir. Simplemente me dejo llevar.

¿Introduces un lenguaje comunicativo en tus fotografías o estás más interesada en la proyección estética?

Pienso que las fotografías comunican, pues si no los espectadores no fuesen capaces de reaccionar, quedaran totalmente indiferentes. Me he dado cuenta de que no sucede así. No hago mis fotos con una intención comunicativa para el espectador, más bien me dejo llevar por mis intuiciones. Es como una inspiración personal que llevo a la imagen, y a partir de ahí surgen las valoraciones, críticas, apreciaciones y elogios.

¿Qué marca la diferencia entre una fotografía con valores artísticos y una fotografía meramente comercial?

Pienso que la fotografía comercial brinda un mensaje muy claro de lo que se quiere vender, transmitir al espectador. Mientras que la fotografía artística es mucho más creativa, libre de expresión, con la cual puedes hacerte muchas preguntas.

¿Qué papel juega la originalidad en tu trabajo?

Otros me han hecho saber que mi trabajo tiene originalidad. Creo que está relacionado con que tengo mi propio lenguaje y dejo que mi obra sea la que sorprenda, me lastime o me anime.

¿Cuánto tiempo llevas dedicándote a la fotografía?

Comencé a dar mis primeros pasitos en 2008 con una cámara Nikon d-40.

¿También haces audiovisual?

Sí.

¿Quién es tu mayor referente?

David LaChapelle.

¿Qué importancia le otorgas a la cultura o estilo afro en un trabajo?

Gran importancia, pues lo que me interesan son las etnias. Principalmente deseo fotografiar la diversidad.

¿En algún momento experimentarías con otro tipo de fotografía, alejada de la que haces actualmente?

Lo he hecho. Dentro de las experiencias fotográficas que he tenido se encuentran las fotos de familia, sesiones de fotos a productos alimenticios y bebidas alcohólicas, fotos de backstage.

¿Alguna experiencia o consejo para quienes se estén iniciando en el mundo de las cámaras, que te gustase compartir?

Mi consejo es que cada joven fotógrafo que se inicie en este campo tenga en cuenta esta frase: “No le cojas temor a tu inspiración”.

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