Todo está en la mirada

La Jeringa
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7 min readNov 3, 2021

Por: Camila Zorrilla

Fotos: Cortesía del entrevistado

La fotografía de Kevin Sánchez se desenvuelve en el medio artístico actual con gran aceptación del público, gracias a la carga comunicativa y emocional que en ella circundan. Presenta un estilo peculiar en su trabajo, especialmente en los retratos, el alma de sus personajes se apodera de la imagen para mostrar siempre lo bello, incluso cuando es difícil de encontrar, porque sus fotografías son belleza pura. Su versatilidad creativa le ha permitido incursionar en diferentes géneros de forma acertada, manteniendo una estética que realza las sombras, las líneas instantáneas, los espacios controlados y espontáneos, que concurren en una especie de ilusión mimética de la realidad.

Actualmente cursa el cuarto año de Licenciatura en Historia del Arte en la Universidad de La Habana. Sus conocimientos académicos contribuyen al surgimiento de un lenguaje compositivo propio. Expresa lo que piensa y siente en sus fotos, mostrando cierta nostalgia en cada una de ellas. Se considera a sí mismo un joven sensible, curioso y amante de lo bello. La cámara se ha convertido en una extensión de sí y con ella nos regala más que imágenes, más que instantes y miradas.

He tenido el placer de conversar con él y conocer un poco más sobre su labor como fotógrafo, mediante una grata entrevista que Kevin concedió con disposición y amabilidad.

¿Cómo fue tu primera aproximación a la fotografía?

Mi papá fue fotógrafo de bodas y cumpleaños. En la casa veía las cámaras desde niño y la manera en que funcionaba toda la dinámica. Él me daba consejos cuando hacía mis fotos con el celular o cualquier cámara, me ayudaba en cuestiones técnicas. Creo que siempre tuve esa inclinación por el arte y la fotografía, estuvo ahí, pero nunca pensé que me dedicaría a ello.

Luego, a partir de la carrera, aparecieron otros referentes en las vanguardias, todo el impacto de la fotografía en los impresionistas europeos y la generación de fotógrafos de los años sesenta en arte cubano. Ahí comenzó a llamar mi atención.

¿Cuándo decides convertirte en fotógrafo?

Fue como una especie de intuición. Comencé a sentir la necesidad de detenerme y observar las cosas de forma diferente. Caminaba y sentía que debía fotografiar ciertas cosas, desde un charco hasta una iglesia. Pensé que era una buena manera de comunicar y conseguí mi primera cámara, antes fotografiaba sólo con el celular. Me interesé en las cuestiones técnicas porque en la fotografía siempre hay manipulación, es una forma de compartir con otros tu mirada.

Cuando comenzaste este camino, ¿tuviste en cuenta las implicaciones sociológicas de la fotografía?

La crítica siempre está implícita. Lo he tenido en cuenta y he hecho cosas, pero no lo he mostrado todo por problemas de censura y otras cuestiones. Quizás en algún momento pueda hacer algún tipo de fotografía más agresiva, pero tampoco he pensado mucho en eso. Cuando hago fotografía de calle la crítica está presente, no tengo por qué presentar un discurso que cargue demasiado las fotos, me gusta que tengan ese punto de ambigüedad. Creo que el arte tiene mucho de ambiguo, le aporta cierta magia. No me gusta encaminar discursos, cada quien tiene una percepción distinta.

¿Cómo se han ido desarrollando tus intereses estéticos?

A partir de los referentes. Soy bastante formalista en cuanto a las composiciones. Me gusta que la foto tenga un buen acabado. No me interesa la fotografía grotesca, soy más sensible y hasta un poco romántico.

Me dices que tu influencia para hacer este tipo de trabajos viene un poco del romanticismo. ¿Hay alguna otra época o fotógrafo en específico que te haya encaminado en este sentido?

Claro, la generación de los años sesenta acá en Cuba es así, muy épica. Buscaban la imagen del héroe en la Revolución, en el cine, la del campesino, la mujer empoderada. Y eran visualmente bonitas, engrandecían a los personajes. Yo busco esa sensibilidad trascendente, no la realidad tal y como es, en definitiva, siempre hay manipulación. Esto no necesariamente trae un mejor resultado, pero para mí buscar lo bello entre las ruinas puede llegar más a las personas.

¿Crees que la técnica sea el elemento fundamental para que una foto sea artística?

Yo creo que lo artístico está en el interés que le pongas, puedes apoyarte en la técnica porque es una herramienta para comunicar y en cuestiones formales ayuda.

¿Pero crees que para ser un buen fotógrafo se deba dominar bien la técnica?

No, debes conocerla, pero…, tampoco digo que no se deba estudiar fotografía. Hay que aprender para luego romper las reglas y encontrar la libertad creativa.

¿Has participado en algún certamen de fotografía?

Sí, a pesar de que llevo poco tiempo en esto. Al primer sitio que envié un trabajo gané el concurso y fue bastante reconfortante, me motivó mucho. Fue un concurso que se realizó en la universidad por un aniversario de la FEU, el objetivo era compartir tu visión de la facultad. Yo le hice una foto al logo, el palito, de FAYL.

Después vino la cuarentena y participé en varias exposiciones virtuales, una con un proyecto de Camagüey, otra con Lumina Gallery. Siempre estoy participando en concursos, soy bastante dinámico.

Recientemente estuve en la Red Latinoamericana de Estudiantes de Historia del Arte, fui el único de Cuba que expuso. También he colaborado bastante con revistas mexicanas y puertorriqueñas. Participé además en una exposición de la universidad de Guadalajara, todo de manera virtual. En la página de fotografía Lens Culture me seleccionaron una foto, al igual que en el concurso Black and White del que aún espero resultados. Ahora estoy trabajando en una especie de serie documental en Tropicana, y otra titulada “Microrrelatos”.

Para ti qué es lo más importante de un retrato.

Me gusta hacer fotografía callejera, retratos dentro de la fotografía callejera y retratos aparte. Busco retratar a la persona. Un teórico en fotografía una vez dijo que un buen retrato se debía parecer más a la persona que la persona misma. Que la foto capte la psicología del retratado creo que es bastante importante. Yo le presto mucha atención a los ojos, tienen una carga comunicativa bastante fuerte. Me gusta que sea sincero.

¿Incursionarías en otros géneros fotográficos?

Sí, siempre lo estoy haciendo. He hablado con otros fotógrafos y me han dicho que busque un camino, una línea, para después ser reconocido por eso. Pero yo pienso que el arte trasciende los géneros. Realmente aún estoy empezando. He hecho muchas cosas, me gusta mucho la fotografía de arquitectura creo que, por los conocimientos de la carrera, las líneas, los volúmenes, hago como una especie de retratos de edificios. Incluso he hecho fotografía abstracta que no me he atrevido a mostrar por temor. Nunca me voy a poner límites en mi trabajo. Me gustaría en algún momento intervenir las fotos con pintura, escultura u otras estructuras como tejidos; pero no creo que me encasille en un solo género.

¿Crees que existe alguna relación de superioridad o dependencia entre la fotografía y las artes plásticas?

No, ni una ni la otra. Creo que están relacionadas entre sí, pero ambas tienen el mismo nivel de jerarquía.

¿Consideras que el arte de un fotógrafo puede evolucionar?

En cuestiones técnicas sí, pero creo que la evolución viene de ti mismo, de lo que quieres comunicar. La fotografía es un reflejo de ti, puedes madurar, enfocar caminos y descubrir nuevas cosas; pero no necesariamente una fotografía tiene que ser mejor que la anterior.

En una palabra ¿cómo definirías tu fotografía?

Sincera, pero no con los demás sino conmigo mismo, con mi sistema de pensamientos, con lo que veo y siento.

Cuéntame acerca de tus metas, algunos proyectos que tengas en mente.

En primer lugar hacer una exposición presencial. Seguir estudiando, pasar un taller en el ISA (Instituto Superior de Artes), hacer un libro de fotografía donde mezcle mis conocimientos en historia del arte con mi experiencia en fotografía. Insertarme en el circuito artístico de una manera más consolidada, ser reconocido dentro del medio.

¿Qué lugar le concedes a la fotografía en tu día a día?

No sé, creo que el ochenta por ciento. Siempre estoy pensando en hacer fotos. No pierdo esa magia de salir a buscar personas, sombras, paisajes, momentos.

¿Sales siempre con la cámara?

Sí, casi siempre, nunca sabes lo que puedes encontrar.

Yo pienso que a veces diseñas la composición, pero hay momentos en los que simplemente pasa.

Claro, es así. Esa es la magia de la fotografía.

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