LEL REGALO DE DARTH EN LA BODA DE SU HIJA
Vergüenza y apuro máximo tuve cuando Darth, en un alarde de gracia peculiar, le dice a lo largo de un brindis en el banquete de boda de su hija, ante cientos y cientos de convidados y poniéndose la mano delante de la boca para distorsionar la voz “No soy tu padre”.
Ella no se esperaba ese regalo de navidad. Y mucho menos de boda.
El primordial inconveniente de ser hijos de líderes del Imperio no está en soportar las mismas películas una y otra vez, de las heroicas batallas contra los rebeldes. Ni que todos los años debas disfrazarte de lo mismo. De un personaje de una serie de un país de un planeta llamado Tierra: América.
Dicen que allí, en Carnaval, dan regalos americanos, que no se lo que significa exactamente. Pero en mi décimo aniversario recuerdo con ilusiòn como me regalaron con un traje completo de oficial de la flota Imperial. El peligro está en proseguir con la saga familiar y transformarnos en seguidores del Imperio.
No es propio de adolescentes. Aunque el negro está de moda. No tanto el blanco inmaculado de los soldados del Imperio.
Ella había visto esas series y películas tal y como si se tratara de una religión pagana y se decidió a dedicar su vida a crear objetos de culto afines a las reliquias santificadas. Pero nuNca imaginó que Darth no fuera su padre. ¿O fue solamente una broma? …
Como ella no podía verle la cara, a quien probablemente no sea su padre, no podría adivinar si ríe, o llora, si miente, o dice la verdad… Un polígrafo, por favor…