El estanco de Helena Rubinstein

Hair Scarlett
La ostra resiliente
2 min readNov 4, 2017

Dicen que a las viudas de guerra del bando nacional les ponían un estanco. Yo habría pedido un cambio de cromo por una perfumería en la que vender pintalabios, rimmel y pote. Sueños irrealizados: tener una perfumería, ser Nadia Comaneci, y casarme con Ivan Lendl.

¿Sigue en uso esa acepción de la palabra pote como sinónimo de maquillaje que se asentó en mi vocabulario allá por la adolescencia en el instituto más canalla de esta mi Bizkaia? En América, al parecer esa palabra se usa para lo mismo que usamos otra con una sustitución obvia de la primera consonante oclusiva.

Pensando yo tras las ediciones farsantes si puedo usar así esa palabra para mi audiencia, me pregunto quién usa pote a estas alturas de la revolución (no la palabra, sino el producto en si).

De repente me saca de mi inocencia una chavala guapérrima en la parada del autobús. El shock de ver tanto pote en una cara me provoca un guiño de ojo con convulsión corporal simultánea dignos de Millán el de Martes y Trece.

¿Se verá mal con esa estructura ósea facial afrodítica y sus probables casi 30?

¡Larga vida a Helena Rubinstein! Los estancos no molan, solo favorecen la conservación del número del viudas por el teorema de Noether.

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Hair Scarlett
La ostra resiliente

Collecting wtf ingredients in everyday life to cook sassy dishes. Recolectando momentos “peroquécoño” de la vida diaria para cocinar platos descarados.