El p(r)ofesional

Hair Scarlett
La ostra resiliente
2 min readNov 27, 2018

Me ha contado que constata los efectos del cambio climático en las orquídeas callejeras, y que pronto se dedicará a tales aficiones a tiempo completo. Tiene menos pelo que dos años atrás, yo también, vanidades comprometidas por causa del sufrimiento voraz.

Con su habilidad para el vacile de damas en apuros ha conseguido verse validado tras sonsacarme que soy más de sacamantecas que de senseis. Y ya de paso, ha sabido de lo pío de mi vida por la carencia de cincuentones barbudos que hagan análisis postcoitales semióticos de Proust.

Menos mal que soy de cocción lenta y solo horas más tarde caigo en la cuenta de haber hablado también de setas, porque si no mi rubor habrá sido parejo al de mi colorete rose aux joues

Yo, por mi parte, y con la falta de sutileza que me caracteriza, le he hecho confesar los colores de esa bufanda que no creo que se ponga para ver el fútbol por la tele. Tampoco es el tipo de información que realmente me aporte mucho, pero es que no sé qué coño me pasa hoy, como diría Aute, o no sé que coño me pasa últimamente, que esto del cuelgatúnocuelgatú se está volviendo el pan nuestro de cada día. Conversaciones que valen, que hacen crecer, que suman, que te redimen de ser la friki del parque, y que ninguno de los dos contendientes sabe cómo acabar con elegancia y propiedad.

He borrado párrafos de este post aferrándome a eso de que las mejores partes de las grandes conversaciones no se relatan en redes sociales, pero contenta de que sí entretejen en cambio redes neuronales.

Digo mucho últimamente que solo me pasan cosas malas, pero no se ajusta a la verdad. Merece la pena saber que hay en el mundo gente acreedora de una dedicatoria en un libro para poder conversar de teoría de la relatividad en los ascensores.

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Hair Scarlett
La ostra resiliente

Collecting wtf ingredients in everyday life to cook sassy dishes. Recolectando momentos “peroquécoño” de la vida diaria para cocinar platos descarados.