¡Hoy morimos, Roger!

Hair Scarlett
La ostra resiliente
3 min readOct 7, 2020

¿Cómo hemos llegado tú y yo a cruzar semejante mirada de angustia y respeto? En esos segundos eternos presiento tu angustia, porque igualmente es la mía, pero también me llega tu respeto hacia esa persona prácticamente desconocida que soy yo, a esa que está en el asiento trasero de un TATA o similar en previsión de una muy posible muerte.

Roger, te tenemos todos en un pedestal, tiene que resultarte hasta cierto punto incómodo, se te percibe tan humilde como solo lo pueden ser los más grandes. Casi no me lo podía creer cuando el profesor Visheshwara, me ha dicho que asistirías a la cena como su invitado especial y amigo personal. No me importa que el menú sea prácticamente vegetariano, ni tampoco haberme hecho aún suficientemente mayor como para haberme acostumbrado al curry.

Esta noche soy esa chica de Bilbao que está haciendo el PhD con alguien que acaso fingirás que te suena. Al menos tengo un nombre que portan muchas inglesas y no se te atragantará en ese cerebro tuyo que desafía los límites humanos. Esa noche mi atuendo al más puro estilo local me dará un poco de confianza para hablarte en mi inglés de academia con pretensiones en un Bilbao que aún casi nadie sabe donde está. Acaso hayas leído esa referencia que a mi ciudad hace Shakespeare al hablar de grilletes.

Escaparé como pueda usando como excusas mi torpeza para la expresión en tu lengua, no sea que se acerque algún intenso queriendo hablar de tus teoremas, esos que no soy capaz de enunciar. Seguro que si fuera tan osada como seré cuando me acerque a la cincuentena te hablaría de que en el jardín de la casa de al lado hay cobras; o de que he desayunado papaya recién cogida del árbol del jardín del profesor Visheshwara, quien me ha invitado a su casa a pasar unos días antes de nuestro congreso mundial trianual. Y tampoco te aburriré narrándote que, para no ser descortés, no he rechazado ese desayuno a pesar de que no me gusta esa fruta, porque otra cosa no haré, pero aprender rápido lo llevo en los genes.

Me sentiré segura en esa fiesta rodeada de gente de castas altas, no como aquellos que quizá nos habrían violado en aquel autobús en el que repentinamente se apagaron las luces y del que salí por patas asiendo de la mano a aquella novicia autóctona que viajaba sola y encontró en mi a su ángel protector.

Roger, que quería hablar de ti y como siempre acabo hablando de mi, que mañana ocuparé un lugar principal en los asientos del auditorio abarrotado en que hablarás de la mente trufando tu presentación con tus dibujos manuscritos. Porque a uno de los físicos más importantes del mundo se le escucha con atención sea cual sea el tema con el que nos quiera instruir. Y nos transportarás durante más de una hora a ese universo tuyo, aunque mi mente excursionará al momento de apenas algo más de una hora donde hemos cruzado miradas humanas.

El comité Nobel no sabe como yo en el riesgo que estuvo tu vida mientras nuestro conductor atravesaba en sentido perpendicular al flujo más denso una de las avenidas principales de Bangalore. El comité Nobel no sabe ni tampoco le importa que en mi vida el sentido de lo efímero encuentra en aquel instante contigo un perfecto ejemplo.

Pero el coche consiguió cruzar a base de bocinazos y osadía, tu vida siguió, y estos días te celebramos, Sir Roger Penrose.

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Hair Scarlett
La ostra resiliente

Collecting wtf ingredients in everyday life to cook sassy dishes. Recolectando momentos “peroquécoño” de la vida diaria para cocinar platos descarados.