Jeff Bezos, ¡qué fácil te lo ponen en mi barrio!

Hair Scarlett
La ostra resiliente
2 min readNov 15, 2019

Dicen que una sonrisa abre puertas y hasta almas. Así que me voy con mi mejor despliegue de piñada a comprar un quitamanchas que produce placeres parejos a los del pegamento.

El gestor del comercio pequeño parece emocionarse cuando le pido más género. Pero cuando llego a casa veo que el ladrón de enchufe que me ha vendido tiene un fuerte esguince en uno de sus orificios de entrada, ¿cómo era aquel chiste? ¿Esguince o desgarro? Me quedo muetta, o sea que ¿después de flirtear con La Ostra Resiliente envuelta en su abrigo cardenalicio te vienes arriba y me timas?

Ahí no vuelvo.

Pero venga, hay que dar una oportunidad al pequeño comercio, o eso dijo Chulapagirl en una de nuestras cortas pero intensas conversaciones en el vestuario, esos tiernos momentos en que hago contorsionismo para que las niñas no me vean las catalinas y no se depriman por lo mal que se te puede quedar el cuerpo cuando eres madre pasados los cuarenta. Ya digo, yo lo que me dicen las buenas amigas me lo tomo muy en serio. Demos otra nueva oportunidad al pequeño comercio.

Entro otro día en la minúscula tienda de lanas. ¿De verdad entro? Tengo la espalda apoyada en la puerta y mi prominente nariz pegada a un expositor de agujas de tejer. Entra, lo que se dice entrar, no sé si he entrado. Siento que no del todo.

Como la dueña del negocio está relatando una historia de mangantas a las clientas a las que atiende me inclino para que aparte de mis mechas fritas vea una sonrisa amable. ¿Será que sí? Me encanta esa frase que me dijo una vez un ángel con bigote. ¿Será que sí?

Miro el reloj con impaciencia y de nuevo abro la boca olvidándome de que con la edad los dientes nos van amarilleando sin remedio.

-Vuelvo otro día, que me sale el chiquillo del judo.
-Querida, yo mientras hablo estoy trabajando.

No merece la pena ofrecerle una contestación porque si la honestidad se paga con suficiencia, grosería y recelo, ¿de qué me sirve decir la pura verdad aderezada con mi dentífrica disculpa?

Ahí no vuelvo.

Al tercer intento me acerco al mostrador de otro local con la sartén asesina que he cogido de los primeros expositores de la tienda. ¡Ay! El hombre alto que regenta la tienda tiene mi edad, barbita y canas.

Ya veré si vuelvo.

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Hair Scarlett
La ostra resiliente

Collecting wtf ingredients in everyday life to cook sassy dishes. Recolectando momentos “peroquécoño” de la vida diaria para cocinar platos descarados.