Mi carro me lo robaron
Este es realidad es un carro de supermercado, sí, de Eroski, solo en lo alto de una colina en un sitio donde no esperas que haya colinas. Porque, ¿quién espera que haya rotondas tan grandes como para acoger un montículo que tapa los coches que toman la segunda salida?
Un carro rojo, solo, bajo unos pinos, en una rotonda. ¿Será de los que han sido liberados del yugo de la monedita?
Con menos se hacen obras de arte conceptual, fotografía quizá. El carro que no está en la fila de carros, el carro descolocado. Y de repente me siento carro, del Eroski, eso sí, con label. El carro que no encaja en el paisaje.
El carro que no va al comedor colectivo, el carro que no vende lotería del club, el carro que corrige textos en inglés, el carro que colecciona orquídeas, el carro que recomienda un libro infantil, el carro que toma té francés, el carro snob que no pijo, el carro que descarrila.
