Rojo en las uñas de mis pies

Hair Scarlett
La ostra resiliente
3 min readJan 7, 2021
Photo by Christina Victoria Crafton Unsplash

En ese salón de Donostia no sabes si las clientas están allí por la calidad del servicio o porque la madre de Xabi Mariñelarena les cuenta a la menor oportunidad lo bien que le va a su hijo en el circuito americano de golf. Es el segundo vasco que llega a número uno, tiene cinco millones de seguidores en Instagram, y pertenece al colectivo LGTBI. Su madre sabe que todo el mundo sabe que él es el fruto de su viente, ¡amén!.

Y tú eres una de esas clientas. Has decidido que te vas a pintar las uñas de los pies por sentirte un poco menos mustia. La oficiala con las ondas pelirrojas acerca la cajita con los colores y eliges el Reine des putains, una perfecta reproducción cromática del 999 de Dior con el que tanto te identificas.

De repente, la madre de Xabi corta abruptamente su relato sobre lo mal que le va a su hijo su noviazgo con ese quarterback de los Patriots. No es que la parroquiana a la que atiende domine conceptos del fútbol americano, pero están acostumbradas a los tecnicismos y los arranques de la señora.

Porque ella, la doña doña, corta su relato abruptamente para dirigirse a ti (o a mi) con todo su remango y decirte que a tu edad no se puede llevar las uñas de ese color. Pero, ¡ay!, seis meses de duelo por viudedad dan para mucho veneno, así que le señalas su dedo gordo con juanete que asoma por la sandalia y le replicas:

-Dijo la sartén al cazo.

Y ella te mira con esos ojos delatores de vodkatonics mañaneros y te espeta:

-It’s my party and I cry if I want you.

Es una manera codificada de decirte que es la dueña del cotarro, de lo cual no queda duda a pesar de su dudoso gusto para escoger el pasador que le retira el pelo de la cara.

Vuelve ella al servicio que había dejado desatendida y a la mirada inquisidora de su clienta le responde que Carolina Herrera le robó la frase y la modificó para disimular el plagio.

La oficiala te toca suavemente en el hombro para que te gires y mires el esmalt de color de vino de Saint-Émilion, porque para ti el esmalte de uñas también tiene denominación de origen, que en tu casa igual no había mucho para recargar la tarjeta de transporte barik, pero desde luego vuestros labios no tocaban el Don Simón.

Una vez secas tus uñas, sacas de tu bolso estilo Mary Poppins unas zapatillas de deporte viejas, tan viejas que tienen las punteras rotas. Asomarán así las uñas pintadas de tus dedos, y guardarás el calzado nuevo con el que habías entrado. Caminarás con tus aires de hereje hasta la puerta, te pararás un momento pero seguirás, y completarás tu salida triunfal meneando el culo, ese culo tuyo que imaginas que se pondrá de nuevo respingón tras tantos berimbolos que podrás hacer en tu recién estrenado futuro.

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Hair Scarlett
La ostra resiliente

Collecting wtf ingredients in everyday life to cook sassy dishes. Recolectando momentos “peroquécoño” de la vida diaria para cocinar platos descarados.