9 consejos para diseñar un task manager para parejas
En el siguiente case study os contaré cómo fue el proceso de diseño de Fiftyfifty, un task manager para parejas que quieren repartir corresponsablemente las tareas de casa, creado como proyecto final para el Programa de Diseño de Experiencia de Usuario de La Nave Nodriza. Fiftyfifty ayuda a poner en valor el trabajo doméstico que realizan ambos, media ante posibles discusiones y ofrece consejos para construir la igualdad de género desde la cotidianidad del hogar.
1. ¿Qué queremos solucionar?
El trabajo doméstico en occidente, aunque tiende con los años a repartirse de manera más equitativa, sigue estando soportado principalmente por las mujeres. En España incluso superamos la media europea. Esta situación, además de problemas ocasionales de pareja, provoca también psicológicos y desigualdad laboral, que no son normalmente identificados por la mujer ni por la sociedad.
El reto es conseguir, con un producto digital, concienciar de la importancia del reparto de tareas domésticas tanto a hombres como a mujeres, e incentivar la participación masculina en ellas para equilibrar la carga.
2. Comprende el problema
Pasar horas leyendo artículos, estudios y estadísticas relacionadas con el reparto de tareas doméstico y la brecha de genero en él, me hizo descubrir que uno de los principales problemas es la falta autoanálisis de la situación. Las parejas creen repartir tareas, pero no son conscientes de la carga que soporta cada uno. Además, gracias en parte a ese consenso en el reparto, prácticamente nadie pondera las consecuencias a largo plazo de dedicar más tiempo que su pareja al trabajo no remunerado que podría dedicarse a la carrera profesional o el ocio.
3. Conoce bien a tus usuarios/as
Pese a que algunas parejas ya usan herramientas digitales para organizarse, o las más tradicionales notas en la nevera, con ninguna de ellas pueden cuantificar el trabajo de cada uno. Tampoco el tipo de tarea, algo muy importante por la especialización de las mismas que feminiza las labores de cuidados y limpieza.
Los estudios ponen de manifiesto que las parejas con hijos sufren desajustes en la carga mucho más severos, y se cumple de forma casi mayoritaria que este lo asume la mujer. Sin embargo, en las entrevistas nos encontramos que ese reparto desequilibrado atiende a un consenso al que suelen llegar las parejas atendiendo a visiones economicistas: la mujer es ya la “experta” en cuidados y su salario suele ser menor por lo que se decide que las reducciones de jornada o abandono de la carrera profesional las asuma ella.
Identificar patrones comunes, permite focalizar la solución a un público determinado. En este caso serán las parejas jóvenes con cierta conciencia feminista.
4. Haz algo que la gente quiera usar
Conocemos el problema y los posibles usuarios, pero tenemos que ofrecerles algo que sea útil. Un gestor de tareas es una herramienta bastante común cuando se trata de organizar el trabajo.
Apuntar las tareas o incluso repartirlas sin más tiene muy poco de igualdad, pero es el punto de partida perfecto para diseñar alrededor de ello otras funciones que sí lo tienen.
5. Aprende de la competencia
Aunque no hay aplicaciones que aborden desde una perspectiva de género la organización de las tareas, sí hay en el mercado distintas reconocidas apps de gestión de tareas. De ellas pude aprender las mejores prácticas orientadas a facilitar el input de tareas. No se trata de copiar, sino de tratar aprovechar las cosas que funcionan para solucionar problemas distintos desde enfoques nuevos.
6. Medir pero también educar
Fiftyfifty nace con vocación pedagógica y por ello incorpora los Fiftips. Pequeños consejos basados en tu experiencia de usuario con la app.
Los Fiftips ayudan a comprender mejor las implicaciones del mal reparto, plantean estrategias para conseguir ser una pareja “fiftyfifty” y median entre los usuarios, porque por norma general no recibirán ambos los mismos.
Fiftyfifty es una herramienta que busca consensos, nunca reproches. Si un determinado dato o gráfica es capaz de reflejar una realidad, un fiftip ha de ser capaz de ayudar a mejorarla.
7. La igualdad no solo es cosa de tiempo dedicado
Que una pareja sea fiftyfifty no solo depende del reparto de horas a lo largo de la semana. También influyen otras cosas, como quién dedica tiempo a introducir las tareas en el sistema, si están repartidas equitativamente los distintos tipos de tarea y la frecuencia.
Este medidor visibiliza la desigualdad de una forma rápida y toma en cuenta diferentes factores como la carga de trabajo, pero también la feminización de las tareas o la carga mental.
Es un parámetro completo y a la vez sencillo, por ello es lo primero que verán los usuarios al entrar en la app en un dashboard en el que ampliarán muchos más datos, absolutos y comparativos.
8. Cada caso es distinto y se necesitan user journeys personalizados y dinámicos
Además de ofrecer un user flow diferente en función del género, también la experiencia estará personalizada en función de los inputs que recibe el sistema de cada usuario.
Un usuario que reparte equitativamente el trabajo recibirá distintos tips que otro que no hace tanto en casa. Tampoco quien tiene equilibrado el número de horas, pero el WC no lo ha limpiado nunca por ejemplo.
“Muy bien, por lo que veo tengo que meter todo lo que hago ¿eso no es trabajar de gratis?”
9. Añadir tareas no debe ser una tarea. Cómo usar el diseño para conseguirlo
La decisión de diseñar el producto también para smartwatch y dispositivos VUI como Alexa obedece a que pueden iniciar cronometrajes muy fácilmente aportando fiabilidad y rapidez .
También al contexto de uso. Con el smartwatch siempre a mano del usuario, se facilita la medición de tareas dentro y fuera del hogar. Y en casa aún con las manos ocupadas tenemos a Alexa o Google Home.
A pesar de las ventajas que ofrece Alexa para la experiencia, en un proceso de diseño de un producto no ficticio deberíamos valorar la viabilidad de la opción VUI, ya que, al necesitar vincular cuentas, la caída de usuarios que se suele dar en ese proceso podría hacer desestimar esta modalidad.
“Pero yo lo quiero aún más fácil y no tengo Alexa, ni Apple Watch.”
No pasa nada, Fiftyfifty posee 4 modos para funcionar y facilitar al máximo la experiencia:
- Modo autónomo/manual. El modo por defecto. Como se ha contado hasta ahora, cada usuario/a introducirá las tareas una a una con su móvil, smartwatch, dispositivo Alexa o Google Home.
- Modo asistido. La app sugiere actividades basadas en el aprendizaje que hace el sistema de los patrones de repetición de tus tareas introducidas en el pasado. También de tu posición GPS para por ejemplo sugerirte si estuviste haciendo la compra en un supermercado si te geolocalizó allí por un tiempo. Los/as usuarios/as solo tendrán que confirmarlas.
- Modo asistente personal. Fiftyfifty se vale de la periodicidad con la que se repiten las tareas del hogar para asignar y repartir el trabajo de la casa. Las tareas diarias, semanales, mensuales y anuales se enviarán a cada miembro de la pareja para que las complete y confirme una vez realizadas.
- Modo reporte diario. Al final del día fiftyfifty mandará un breve formulario visual de sí/no para que se validen las tareas que hizo cada persona. Con apenas unos taps, se habrán generado todos los inputs.
El porqué del naming y logo
La solución, así de primeras, va de repartir tareas y de mostrar gráficos. Esas dos features las quise incorporar de alguna manera a la marca.
El objetivo de la solución es conseguir un reparto al 50% de las tareas y eso no es otra cosa que la expresión “fifty fifty”. ¡Ya tenemos nombre!
El isotipo se inspira en un gráfico de barras que recrea la letra F. También me dijeron que parece una pareja de espaldas abrazada. Lo compré de inmediato.
La paleta de color, está elegida intentando dar un aire fresco y joven en línea con el target de usuario buscado. Estos colores serán los que se usarán para pintar en los gráficos las tareas de cada uno/a y las que hacen en pareja. Tratando de romper estereotipos del color también la app colocará por defecto el “rosa” al hombre y el “azul” a la mujer.
Hallazgos e insights
Me voy a quedar con solo cuatro de las muchas cosas que he aprendido de este proyecto.
- La experiencia multidispositivo será cada vez más importante. Haciendo buen uso de ella, las posibilidades de inmersión en el producto digital son enormes, y no precisamente por mantenerte conectado esclavo de un scroll infinito, sino por la facilidad para que el usuario desconecte del móvil y reciba del producto el outcome que desea.
- Hay muy pocas apps abiertamente feministas. Sin embargo, hay muchas para mujeres. Y no es lo mismo. La mujer como cliente parece vender más que la igualdad de genero.
- Un pain point importante en un gestor de tareas es la propia inclusión de las mismas. Hay muchas tareas que tardarías menos en hacerlas que en añadir una card en trello. El reconocimiento de voz y el NLU deberán ayudarnos con esto en el futuro.
- Es imposible que una sola persona diseñe un producto de una dimensión similar. Y si alguien lo hace yo dudaría de él, fijo que es reptiliano.
Aprendizajes personales
Este proyecto ha estado directamente ligado al confinamiento por el coronavirus. El tiempo para trabajar, para distraerme o para inspirarme fuera del espacio de trabajo, ha estado condicionado por ello. Y yo creo que, por suerte, no le ha sentado del todo mal al resultado final.
Si confío en que del Covid saldremos y nos olvidaremos de él, también estoy seguro que llegará el día en que nos olvidaremos de las diferencias por cuestión de genero. Y es muy posible que, si la comunidad diseñadora de bien se pone manos a la obra, pueda crear productos digitales para ayudar a que ese día llegue antes.
La escuela donde he aprendido mucho de esto del UX y su equipo docente forman parte de esa comunidad, y lo de la igualdad se lo toman en serio.
Esto de aprendizaje parece que no tiene mucho, pero para mi sí. La ética en el diseño y la dirección de las decisiones durante un proyecto buscando unos resultados u otros, puede condicionar el futuro de esos a quienes llamamos usuarios, pero que son personas.
No vamos a cambiar el mundo a mejor diseñando apps buenrollistas ni creando startups con mucho retorno social, lo sé, pero también sé que hacen falta muchas más naves nodrizas y tripulantes en ellas para apostar por otras cosmovisiones en el mundo del UX.
El resto de aprendizajes de mi proceso de diseño están diseminados en el artículo, si has hecho un escaneo rápido para llegar hasta aquí, no hay mejor excusa para volver a leerlo y poder darme tu feedback sincero.
Gracias por tu tiempo y no dudes en contactarme si tienes algo que comentar.