Cronica del Rally en Rila 13

Humberto Castellanos
La Real Ciclismo
Published in
10 min readApr 28, 2016

Estaba por comenzar el Rally en Rila 13. Por primera vez en Guadalajara participábamos en un Alleycat más de 130 ciclistas. Los organizadores pedían nos mantuviéramos dentro de la bicicochera de Pedalier, pero no cabíamos. Estábamos apretados, como en un vagón del metro en la ciudad de México. Era posible olfatear el nerviosismo de los demás, principalmente de los corredores novatos. Los más experimentados nos mediamos las miradas. Buscábamos a través de los ojos calcular el carácter de los demás. Me parecía que Sergio Turbina y Carlos Lopez serían líderes muy combativos durante la carrera. El alleycat ya había comenzado desde 1 hora antes de partir. Aún ni se repartían los mapas y todos estábamos en el juego, nos analizábamos, como en el póker texano.

Al liberar los mapas se generó gran confusión. Un relajo comparable con los griteríos de Wallstreet. Después, trazábamos apresuradamente nuestras rutas. Dany y yo decidimos hacer la misma que Turbina, sabíamos era uno de los favoritos a ganar. Por el altavoz Mario anunciaba que era hora del arranque, por lo que estacionamos nuestras bicicletas en la calle, nos metimos a la bicicochera y esperamos. Fue el minuto más largo del día…

Y después…

…3, 2, 1, RALLY!

Para llegar a mi bici corrí entre más de cien con las fukin zapatillas de ciclismo. Una vez que llegué, Dany, los dos Carlos, y Turbina ya iban enfierrados junto con 10 ciclistas más. Estos, junto con otros 20 detrás de mí, habíamos decidido ir por López Mateos, la mayoría buscábamos el check de Plaza Ciudadela. Trataba de alcanzar a Dany, que iba a la cacería de Turbina. Duré casi un kilometro en lograr pegarme a su rueda, pero la perdí antes de llegar al primer Checkpoint. Respire hondo y agarre mi propio ritmo, estaba seguro que encontraría a Dany en el 2do Checkpoint, la Glorieta de Faro.

Camino a Faro iba junto con unos 6 ciclistas, no conocía a nadie más que al legendario Javier Bigotes. El multi campeón profe de caligrafía del ITESO. Cuando nos dimos cuenta que íbamos rodando juntos nos hicimos un gesto de complicidad, sabíamos que podríamos trabajar juntos para buscar llegar a la cabeza de la carrera. Estábamos contentos de habernos encontrado, apresuramos el ritmo y tomamos liderato del grupo. Javier Bigotes se veía vigoroso y decidido. Quería ganar esta carrera. Íbamos hechos la mecha por los carriles centrales de Mariano Otero, cuando de pronto, pttssssssss, ponchadura… ¡Adiós Javier Bigotes! dejé me rebasaran los novatos del grupo, solo para despedirme gritando. Me sentía solo otra vez, tuve que apretar el ritmo para encontrarme con Dany, que había tomado una ruta más corta, pero lenta.

Llegando a Faro me encontré a Dany y posteriormente a Julio y a Victor. Decidimos trabajar juntos para alcanzar a Sergio Turbina, que nos llevaba un par de minutos de ventaja. Nos dirigíamos hacia el 3er check, El parque González Gallo. En el camino tomamos una mala decisión y bajamos por Cruz del Sur hasta Lázaro Cárdenas. Rodeamos, pero mantuvimos el ritmo duro. Cuando había oportunidad armábamos el tren y por lo general era jalado por Dany y Julio. Yo trataba cooperar adelantándome en los cruces para maniobrar el semáforo, pidiendo permiso y abriendo hueco para los demás. Era el único sin fixie.

Llegamos al Parque González Gallo subiendo por Salvador Lopez Chávez. De lejos vimos a Berny algo confundido buscando el Check. Gritamos onomatopeyas cuando vimos que se fue al lado equivocado. Estaba muy lejos para escucharnos. No obstante, nos vio pasar y nos alcanzó en el 3er check.

Ahora nos tocaba ir al 4to Check, MiBici. Era básicamente subir por Gonzalez Gallo, girar a la derecha en la Calzada Independencia y en la Paz subir hasta Federalismo. Ahí fue donde caí en una vieja trampa. Pensé que había que rodear la glorieta de la Paz, sin embargo, desde hace años está cerrada de un lado y hay que virar en aparente sentido contrario. Berny, Dany, Julio y Victor no cayeron, ni me avisaron que me había equivocado. Yo al querer hacer lo aparentemente correcto, intenté rodear la glorieta, encontrándome con una banqueta y los coches del otro sentido esperando el semáforo. Brinque de mi bici, y con la inercia que traía corrí sobre la banqueta y atravesé las filas de coches. Después de esta maniobra me incorporé de un salto a la ciclovía de la Paz.

Veía el grupo ligeramente adelantado, pero con buen ritmo. Al ser una subida leve, sabía que estaba en desventaja de los fixeros, ellos pueden reciclar la energía generada por su cadencia. También sabía que si me esforzaba mucho podría quemarme y agotarme para seguir el ritmo del grupo durante los 4 checkpoints faltantes, por lo que opte por usar un recurso altamente riesgoso, pero efectivo y válido. Me agarré de una camioneta. Tuve mucha suerte, el chofer de la camioneta me vio y se dio cuenta que intentaba alcanzar a los demás ciclistas, por lo que me saludo y decidió cooperar. Para los que no han aplicado esta maniobra, es importante considerar que es peligrosa y que hay que tener experiencia y buena vibra para ejecutarla exitosamente.

Habiendo concretado el 4° check tocaba ir a Circunvalación y Normalistas, al parque mágico, o sabe como se llame. El camino era simple, teníamos que agarrar todo Federalismo, dar vuelta en Jesús García y posteriormente darle por Normalistas hasta Circunvalación. Llegamos fácilmente.

Después de recoger el check, Berny fue el primero en arrancar. Dany y Julio fueron tras el. La tarea era subir por todo Circunvalación hacia Providencia. Yo me había quedado un poco atrás, por andar posando para las fotos, y junto con Victor intenté alcanzarlos. Tuvimos mala suerte, todos los semáforos nos tocaron en rojo y complicaron mucho la persecución. No pudimos alcanzarlos, fueron alejándose cada vez más y más. Estábamos en medio de un embotellamiento e íbamos ligeramente de subida. Sentía otra vez que los fixeros tenían ventaja y no había posibilidad de agarrarme de algún coche para alcanzarlos. Apreté el ritmo parándome sobre pedales y al cabo de un par de cuadras se me acabaron las piernas. Ambos muslos se me engarrotaron. Llegaron los primeros calambres. Los primeros de muchos…

De ahí en adelante la carrera para mí era en contra del dolor. Para este momento me faltaban 4 checkpoints y ya no aguantaba los muslos, espalda y pantorrillas. Mientras pedaleaba me lamentaba no haberme preparado adecuadamente para la carrera. Le echaba la culpa a Dany por no esperarme para castorearlo. Me culpaba también por no haber regresado por Jesús García. Estaba pasando por una crisis mental. Es muy importante tener en cuenta que cuando tu mente comienza a jugarte trampas; te llenas de sentimientos de frustración, ira y culpa; aquí es el momento más peligroso en un alleycat. El lado oscuro nubla tu percepción de la realidad y puede suceder un accidente. ¿Cómo evitarlo? Volver a tu cadencia ideal. Disfrutarla y respirar hondo. Estar listo para socializar con los demás ciclistas y automovilistas. Decidir sabiamente cada que la carrera lo requiera. Para lograr todo esto es necesario acarrear cuanto oxigeno pida el cerebro…

Me hubiera gustado haberme dado ese consejo durante la carrera. Seguí apretando el ritmo tanto como mi adolorido cuerpo me lo permitiera. Victor aún seguía conmigo y nos encontramos con Angel, Sema y Pelón en el nodo vial de Circunvalación y Alcalde. Iban a un ritmo sabroso, por lo que me les pegué a la rueda. Lamentablemente el ritmo no ajustaba para alcanzar a Dany, por lo que ataqué. Victor y Pelón respondieron y nos fuimos juntos hacia el Checkpoint de Bianchi. Llegando a Bianchi nos motivaron mucho los del staff, decían que acababa de irse el grupo que perseguíamos. Aunque cada vez perdía más el interés en alcanzar a Dany, ya no podría con los calambres y todo mi cuerpo era dolor puro.

Subimos por la trepada de Pablo Neruda, y ahora solo faltaba ir a 33 por el nuevo manifesto, que indicaba los 2 últimos checks. Afectado por la pájara, decidí hacer gala de la mala condición en la que me encontraba y tomé una terrible decisión. En vez de regresarme por Pablo Neruda, agarre Acueducto, luego Montevideo, todo para salir a donde estaba, Pablo Neruda. Perdí unos 8 minutos en ese movimiento estúpido, además que 3 ciclistas desconocidos me siguieron. Han de creerme un idiota para esto de los rallys…

Camino a 33 nos separamos, iba solo y sabía que no tenía nada por pelear ahora. De hecho ya no me interesaba la carrera. Tanta intensidad me había devastado. Dolor. Dolor. Y más dolor era lo que pasaba por mi cuerpo y mente. Estaba listo para llegar a 33 y darme por vencido, decirles que ya no podía y que bajo ninguna circunstancia seguiría a los dos checkpoints restantes de la carrera.

Llegué a 33 junto con un señor que se aventó el rally con mochila y pantalón de mezclilla. Me dio algo de pena, yo me la había rifado con licras y vestimenta para mejorar el “performance” y el señor del pantalón llegó igual… Estábamos en los primeros 10 en llegar para la segunda etapa de la carrera. Eso me motivaba a seguir. Además, Perro Estampida, junto con los demás gritaban a mi llegada. El repetía “vas bien cabrón, vas bien”, yo le decía que ya no quería seguir, a lo que repitió “si le pisas alcanzas al Manner y a Goyo”…

“¿Maner y Goyo? ¡MANNER Y GOYOOOOOOO!” — Grité al cielo levantando mi puño derecho y me deje ir como diablo a terminar la carrera.

Iba subiendo por Av. México hacia el penúltimo check, San Nicolás de Bari. Quienes corrieron el rally no me dejarán mentir, ese día el viento soplaba con violencia y la lucha durante la mayoría de la carrera era contra él. Desde mi percepción, en ninguna calle de Guadalajara se siente tan duro el viento como en Av Mexico de subidita, y esa era la calle que debíamos tomar. Ya se imaginaran como era el escenario. La teníamos dura al subir por ahí. Por eso, cuando vi el tren de Mini, Alex y mi hijo (el buen Jr.) no dudé en meterme a castorearlos.

Castorear otros ciclistas es una de las estrategias más utilizadas en los rallys. Consiste en irte detrás de ellos y que hagan todo el trabajo rudo: cortar el viento, ser punta al cruzar semáforos y definir la ruta. Ese era mi plan con estos muchachos, seguirlos y si algo quedaba de energía para atacarlos al final, ¡atacar! No obstante, al llegar a San Nicolás de Bari me perdí buscando a la chica del checkpoint, y se me fugaron los cabrones. Ya no los volví a ver hasta la meta.

Estaba preocupado. No encontraba a mis archienemigos (y buenos amigos también) Goyo y Manner. Iba en camino hacia el último check e intentaba alcanzarlos. Iba llorando. Era de bajadita, y a pesar de eso me agarré de un coche, ya no quería seguir pedaleando. Me tocó ver ciclistas camino a San Nicolas de Bari, todos con el rostro igual de resquebrajado. Había dolor en sus caras, ferocidad en sus cadencias y determinación en sus miradas. Era bastante cool.

Llegué al ultimo check y me dirigí a 33. De pronto, me encuentro con ellos, con Goyo y Manner. Estaban platicando esperando se pusiera el semáforo en verde. Los veía relajados y disfrutando. Me di cuenta que no corrían por cuestiones de ego o podios, solo disfrutaban de los placeres y sensación que dan las carreras urbanas. También pude percatarme que en realidad no iban delante de mi, algo me decía que les faltaba aún ir a San Nicolás de Bari. Aun así no me la quise jugar a enfrentarlos, los rebasé sin que se dieran cuenta y saqué todo lo que traía, hice el sprint final por Av Vallarta hacia la meta, 33 Fixed Gear.

Subí con el tráfico a tope. Llegué a la meta en 18º general, o algo así. Nada mal en realidad. Lejos del objetivo, pero nada mal… Estaba orgulloso de mi hijo, que había quedado en mejor lugar que yo. Todos festejábamos, había sido una carrera muy demandante y había saldo blanco entre los corredores. Solo hubo un pequeño accidente y fue de Tere, una chica checkpointera. Por suerte no pasó a mayores. Al parecer se calló al cruzar las vías.

Los primeros lugares se los llevaron Carlos López, Carlos Arroyo y Sergio Turbina ( Fig. 1.3). En categoría fixie fueron Berny, Dany y Julio ( Fig. 1.1) haciendo el 1–2–3. Gema y Mini Orozco hicieron el 1–2 y Sofia Ascencio llegó en 3ero de a “soldier” ( Fig. 1.2).Todos los demás que participamos también ganamos, porque como ya saben, en “Rally en Rila, todo el que pedalea gana”.

Fig. 1.1, 1.3, 1.2 (De izquierda a derecha)

Rally en Rila 14
Inscripciones abiertas en :
http://rallyenrila14.lareal.com.mx/
Evento de Facebook con mas información.

Fotos por :
Calavera Estudio
Océane Bourchy

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