Cine: Mr. Nobody (2009)
La creación de mundos a una decision de distancia
Nuestra vida, es una consecuencia de infinitas decisiones que día a día vamos tomando. Desde mi punto de vista, son pocas las decisiones trascendentes y de gran peso que pueden llegar a presentarse, por tal motivo las pequeñas elecciones cotidianas definen nuestra existencia. Esta película nos muestra de manera magistral, los diferentes caminos que el destino nos puede presentar, con tan solo una decisión, con tan solo una palabra o una acción. Es una reflexión sobre todas las vidas posibles de una persona: Nemo Nobody.
Jared Leto, Diane Kruger y Sarah Polley son los protagonistas de esta confusa e inquietante película. Leto es Nemo Nobody, un hombre que, en 2092, tiene 120 años de edad y es el único mortal sobre la Tierra. Los demás seres humanos se han convertido en inmortales gracias a los avances de la ciencia; él, en cambio, se niega a adoptar tal condición. En su lecho de muerte, Nobody revive sus posibles vidas e imagina tres matrimonios que, tal vez fueron reales, o tal vez no. Cada una de estas vidas depende de una decisión que Nemo tuvo que tomar a partir de una elección central que lo marco para el resto de su vida.
Mr. Nobody tiene un aire de frescura impresionante, así como una complejidad extrema por momentos capaz de desconcertar absolutamente a cualquiera. Es un viaje idílico por mundos paralelos originados en base a decisiones existentes dentro de una persona. No se trata de “una película más”, demostrando que la vida otorga segundas oportunidades, esto es algo más profundo. Algo que juega en contra, principalmente para la gente no acostumbrada a ver este tipo de cine, es que carece de una trama central bien marcada, por tal motivo es fácil que se pierda el interés por momentos, debido a que no posee un camino que seguir, cinematográficamente hablando. Hago hincapié en esto, ya que por su complejidad, la cinta requiere atención plena del espectador.
El director y guionista “Jaco Van Dormael” se propone reflexionar sobre todas las vidas posibles de una persona a partir de una única determinación. Van Dormael dedicó nada menos que siete años a escribir este guión. El cineasta intentó mostrar que, al momento de elegir, no existen únicamente dos opciones posibles, sino que se abre “una infinidad” que deriva de las dos primeras.
