Autonomía, liberación, dignificación: Poder Popular

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8 min readMar 25, 2019

Entrevista de Luis Emilio Aybar con Julio Linares: “…superar la crisis iconográfica de la propaganda política desde una mirada artística descolonizada y autónoma”

Entrevista con Julio Linares, líder del colectivo venezolano “Los Hijos de Guaicaipuro”

Durante la experiencia de la Brigada Internacionalista Che Guevara, que tuvo lugar en Venezuela en febrero pasado, conocí a jóvenes del colectivo “Los Hijos de Guicaipuro”.[1] Me contaron que trabajaban con el arte y que actuaban en la parroquia[2] “Cecilio Acosta” del Estado Miranda y más allá. Al ver que, como otras organizaciones que también conocí, conforman un entramado de iniciativas que se articulan con el gobierno y el PSUV[3] desde su autonomía, y que al interior del chavismo eso es lo más natural del mundo, me pareció interesante acercar su experiencia a lectores y lectoras de La Tizza. Les mandé un cuestionario, pensando que eran un grupo artístico que hacía trabajo comunitario, y ahora resulta, por sus respuestas, que son un colectivo político donde el arte es una dimensión transversal, pero sólo una de ellas.

La riqueza del tejido social chavista te puede jugar una mala pasada cuando piensas que con solo tres conversaciones podrás entender algunas de sus expresiones. Resulta que Julio Linares, con quien conversamos hoy, es líder de Los Hijos de Guicaipuro y al mismo tiempo responsable de la Juventud del PSUV en su parroquia. Lo social y lo político, lo civil y lo partidista, se solapan en el chavismo, y es bueno que así sea. Ya conocerán las visiones que tienen Julio y sus compañeros, y cuánto pueden aportar a la profundización y radicalización del proceso bolivariano.

No puedo dejar de decirles, por reciente debate sostenido en Facebook, que esta es una de esas expresiones organizativas que la prensa hegemónica imperialista asocia, para demonizar al chavismo, con grupos delincuenciales armados que andan en moto, valiéndose del término genérico “los colectivos”. Vean en las palabras de Julio lo que es un auténtico colectivo chavista.

Luis Emilio Aybar Toledo (LEAT): ¿Qué es Los Hijos de Guaicaipuro?

Julio Linares (JL): Hijos de Guaicaipuro (2012–2019) es un colectivo que nació de la participación de jóvenes de toda la parroquia Cecilio Acosta del Estado Miranda, quienes, mediante el trabajo voluntario, la voluntad política y la cultura generamos una identidad relacionada con la mística y el símbolo de resistencia territorial que es el Cacique Guaicaipuro. A partir de esta creación, el colectivo ha venido trabajando y profundizando la cultura, la formación, el poder popular, la comunicación, la producción, el arte, entre otros aspectos relacionados con el proyecto de país que se enmarca en la Constitución Nacional y el Plan de la Patria.

Hoy día nos consolidamos jurídicamente como fundación y creamos diferentes programas con miras a abordar diversos ejes de impacto con el objetivo de promover la cultura colectiva, socio-productiva e independiente desde la Fundación “Hijos de Guaicaipuro”, en función de fortalecer el poder popular en el territorio nacional e internacional.

Esta propuesta educativa y popular es el eje trasversal de otras acciones que pretenden impactar en la vida del sujeto social, muchas veces excluido o marginado de los derechos fundamentales para una vida socialmente justa. Para ello organizamos nuestro accionar en programas como: Participación; Salud; Educación; Cultura, comunicación y difusión; entre otros.

LEAT: ¿Cuáles son los principales mensajes que buscan transmitir con su arte?

JL: Nuestro principal objetivo en este proyecto es la juventud y la transformación cultural, por lo que encontramos en el arte y la educación recursos fundamentales para dichas transformaciones. El arte como impulso espiritual para la motivación de los participantes a la hora de proponer, idear, soñar; y la educación para crear la voluntad, el compromiso y el conocimiento necesario para la materialización de los sueños e ideas. Esto permitirá crear subjetividad en las comunidades abordadas rompiendo con una visión cotidiana y dependiente a una sola manera de hacer las cosas.

Percibimos la urgencia de esta propuesta al vernos amenazados por la llamada “cultura de masas” promovida y financiada por industrias culturales hegemónicas que trabajan con un fin claramente político, económico y cultural. Los jóvenes son blancos principales para estas industrias, ya que el joven se ha convertido en estas últimas décadas en el consumidor más productivo para el mercado. Han logrado apaciguar las contra-culturas de resistencia promovidas en su mayoría por los sectores juveniles. En este sentido, nuestra organización asume un rol protagónico en el ámbito cultural, comunicacional y artístico dentro de los procesos educativos.

El colectivo “Hijos de Guaicaipuro” es ya, en este momento, un símbolo juvenil y de resistencia que ha materializado diversas estéticas desde la producción de logos, camisas, murales, canciones, videos entre otros productos que aportan al imaginario colectivo de los miembros y las comunidades donde hacen vida.[4]

Creemos que es hora de trascender todas las inversiones culturales públicas y privadas que de manera sistemática mantienen dormido, dominado y manipulado al sujeto social, ya sea desde el mercado o el estado. Los procesos de dignificación deben comenzar por el despertar de conciencias, por eso potenciamos un tránsito que nos conduzca hacia situaciones de mayor autonomía. Está claro que el miedo que esconden los poderes es a la seguridad que pueda tener un pueblo, es por esto que siempre se atenta contra su moral o simplemente se refuerzan costumbres que nos sumen cada vez en mayor dependencia.

En este sentido, nuestro objetivo principal es demostrar que una pedagogía liberadora acompañada del abordaje artístico se constituye como una herramienta sólida para mediar procesos de dignificación e independencia.

LEAT: ¿Cómo se articulan políticamente en Venezuela?

JL: Nuestra escuela se impulsa dentro de un proceso revolucionario de orientación marxista- leninista, bolivariana y cristiana liderada por el comandante Hugo Rafael Chávez Frías, en donde se emprendió un camino de dignificación del pueblo en el ámbito educativo, cultural, económico, comunicacional, alimentario, habitacional entre otras políticas de inclusión social. Más allá de sus grandes logros, se trata de un proyecto nacional que busca construir un estado comunal para alcanzar un sistema socialista de equidad y abundancia. Es un proceso difícil, ya que la conciencia no se libera de manera natural, si no que se mantiene un acoso constante por los intereses transnacionales y nacionales que buscan conservar el modelo rentista, dependiente y colonialista.

En este sentido vemos necesario crear una escuela que rompa con esa visión tradicional de la educación bancaria[5] y aislada de nuestros problemas reales. Dentro de nuestra metodología pretendemos trabajar en sintonía con los procesos locales, entendiendo su realidad estratégica para la construcción y fortalecimiento del poder popular. Buscamos que los jóvenes egresados de nuestras escuelas tengan las suficientes herramientas y claridad política para asumir responsabilidades territoriales, comunales o en la gestión de gobierno, además de impulsar proyectos productivos o de cualquier tipo que aporten al desarrollo local. Los formadores los entendemos como actores políticos, ya que además de profundizar conocimientos, direccionan la juventud hacia un camino democrático y de participación popular.

LEAT: ¿Cuál crees que sea el papel que debe jugar el arte en Venezuela hoy?

JL: En un mundo donde el referente espacial, cultural y mediático remite a: consumo, individualidad o prestigio se hace necesario buscar instrumentos artísticos, culturales, educativos que se sumen a la recuperación de los valores humanos. La sociedad moderna se ha reducido a la inmediatez de las redes sociales y demás instrumentos, donde la fraternidad humana se extingue cada vez más. En este sentido, necesitamos prácticas artísticas que propicien la humanización y la emancipación.

En el contexto latinoamericano se han manifestado grandes cambios en lo social, cultural, político y económico en las últimas décadas. Sobre todo, podemos identificar procesos de liberación donde los pueblos buscan independizarse de prácticas que les habían robado totalmente su auto-determinación. Sin embargo, quienes históricamente saquearon a la región sudamericana, no descansan en trabajar desde lo cultural, mediático, social y político para que nuestros pueblos crean que necesitan modelos, estilos de vida, basados en el consumo superfluo y en la pérdida de los valores ancestrales e identitarios.

En ese marco podemos observar el rol que juega la imagen dentro de los procesos alienantes o liberadores. Su uso con una intención liberadora puede constituir una ruptura con los paradigmas del arte hegemónico. La obra deja de reposar en la comodidad contemplativa para sumergirse dentro de lo social, político, educativo, antropológico, entre otras dimensiones de la vida y el conocimiento.

En el contexto venezolano al igual que en la región se dio un proceso de reivindicación de símbolos históricos, y de construcción de autonomía, independencia e identidad nacional. A pesar de todo este esfuerzo, la sociedad y la cultura venezolana siguen permeadas por prácticas dependientes cada vez más dañinas, que dificultan nuestro desarrollo nacional en todos los ámbitos.

El campo artístico ha aportado (fundamentalmente en lo icónico, no tanto en abordajes comunitarios profundos) a un reencuentro con la identidad e historia venezolana, latinoamericana y caribeña. Pero estos esfuerzos, sobre todo en el aspecto de la imagen, se han visto afectados y desviados por la utilización del panfleto político. El personalismo carente de conceptos y valores absorbió la posibilidad de naturalizar prácticas colectivas y de alcanzar una mayor valoración de lo propio y de lo público. Nuestra propuesta pretende funcionar como herramienta para los cambios estéticos gubernamentales, y los cambios de políticas culturales a nivel nacional. En esa dirección se inserta nuestro aporte a la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE) y al naciente modelo educativo Alma Mater y su Proyecto Artístico Comunitario.[6]

En conclusión, es necesario potenciar nuestro proceso revolucionario, lo que incluye superar la crisis iconográfica de la propaganda política y construir identidad, independencia, auto-determinación, colectivismo desde una mirada artística descolonizada y autónoma.

Notas:

[1] Conocido popularmente como “Guaicaipuro”, su verdadero nombre según consta en los documentos de la época, era Guacaipuro. Fue sin duda alguna, el más firme opositor que encontraron los conquistadores españoles en las recién “descubiertas” tierras venezolanas (1498). Cacique de los indios Teques y Caracas, acaudilló la resistencia a la penetración europea en la zona norcentral de Venezuela durante la década de 1560. La región ocupada por los Teques estaba poblada por muchos indígenas que formaban grupos independientes con sus jefes propios o caciques. El principal de estos grupos era el de Guacaipuro (Nota del entrevistado).

[2] Demarcación político-administrativa que viene siendo del tamaño de un Consejo Popular en Cuba, y a veces de un municipio (A menos que se señale lo contrario, todas las notas son del entrevistador).

[3] Partido Socialista Unido de Venezuela, el partido que gobierna en el país.

[4] Pueden ver más ejemplos de su obra artística en Instagram: @hijosdeguaicaipuro, @murdokwsk y @galeriadlacallelatinoamericana. También pueden escribirles a: hijosdeguaicaipuro@gmail.com

[5] Término desarrollado por el pedagogo brasileño Paulo Freire para describir la educación tradicional, basada en la transmisión de conocimientos, el rol pasivo del educando, la desconexión con la práctica, la naturalización de la dominación, entre otros rasgos.

[6] La Misión Alma Mater se propone impulsar la transformación de la educación universitaria venezolana y propulsar su articulación institucional y territorial, en función de las líneas estratégicas del Proyecto Nacional Simón Bolívar, garantizando el derecho de todas y todos a una educación universitaria de calidad sin exclusiones. Esta Misión se constituye como referencia de una nueva institucionalidad, caracterizada por la cooperación solidaria, cuyo eje es la generación, transformación y socialización de conocimiento pertinente a nuestras realidades y retos culturales, ambientales, políticos, económicos y sociales, en el marco de la transformación del país (Nota del entrevistado).

Las fotos utilizadas en esta publicación corresponden al Mural realizado en el marco del Bicentenario de Cecilio Acosta 2018

Título: Encuentro de Cecilio Acosta y José Martí.

Ubicación: Plaza Bolívar de San Diego, Parroquia Cecilio Acosta, Edo Miranda, Venezuela.

Autores: Julio Linares (Murdok), David Martinez (Dimenc), Leens Soto(Matik).

Tecnica: Espray y pintura de Caucho sobre concreto

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