Dime qué haces y te diré quien eres: los nombres de las aves

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7 min readJun 26, 2021

Todas las personas reconocemos nuestros entornos a través de los nombres que le damos a los seres vivos y a lo que nos rodea. Por ejemplo, las calles, los edificios, los animales, los árboles tienen nombres propios. ¿Alguna vez se han preguntado qué significan estos nombres? ¿O de dónde vienen y para dónde van los nombres comunes que les damos a los animales?

Trabajando en los campos colombianos, es frecuente encontrarse con campesinos que cuentan las historias de sus entornos. Esos paisajes llenos de vida tienen sonidos, olores y colores propios. Cómo bióloga e investigadora, he tenido el privilegio de viajar por Colombia y he aprendido que los animales, los que estudio y los que no, son bien conocidos por sus nombres “comunes”, que varían bastante a lo largo del territorio. Esta manera de llamar a los animales no fue la que me enseñaron en la universidad, y ya les cuento por qué.

Dentro de la comunidad científica, hemos nombrado a los animales en latín, siguiendo un sistema mundial de clasificación taxonómica. Así, cada especie descrita para la ciencia tiene un nombre compuesto por dos palabras, la primera palabra se refiere a su género (su apellido, por decirlo así) y la segunda a la especie (lo que vendría siendo el nombre). Todas las especies de animales tienen nombres únicos, y así, científicos/as de todo el planeta pueden usar dichos nombres para referirse con exactitud a un animal específico. Por ejemplo, el cóndor Andino se llama Vultur gryphus, y ese nombre es el mismo en China o en Cafarnaún. O mejor dicho: en Colombia y en Chile.

Fuera de este sistema de clasificación universal, las personas conocen a los animales con nombres comunes. Por ejemplo, el ave que más se escucha en las calles de Manizales es el afrechero (cuyo nombre científico es Zonotrichia capensis). Su canto es reconocido por todos y todas las Manizalitas. Sin embargo, en Bogotá, a la misma ave la conocen como copetón. Estas diferencias regionales en la manera de llamar a los animales me han llevado a preguntarme: ¿qué dicen estos nombres acerca de cómo las personas perciben a los animales?

¡Pues resulta que dicen mucho! Algunos animales reciben sus nombres por cómo se comportan. Tal es el caso de una especie de pájaro, a la que le dicen soledad o soledad cafetera (Piaya cayana) en la zona cafetera del país. Esta es una especie que tiende a posarse sobre los árboles que quedan al borde de los cultivos de café. Casi siempre se ve solo un individuo, grande, llamativo, imponente, perchado en la rama de un árbol, a veces en los cultivos de café. Y, así de simple, esta ave se convierte en la soledad cafetera. Otro ejemplo es el del cucarachero chupa huevos (Campylorhynchus griseus). La gente lo ha nombrado así porque ve que se come las cucarachas y se alimenta de los huevos de otros pajaritos.

Foto: Soledad, soledad cafetera o cuco ardilla. Fuente: Ramiro Ramírez para Birdscolombia.com
Foto: Cucarachero chupahuevos. Fuente: Mauricio Ossa para BirdsColombia.

Otros animales reciben su nombre por el sonido que hacen. En varias partes de Colombia, le dicen currucutú a una especie de búho (Megascops choliba) porque su canto suena como: “Cu-rruuuu-cuu-tuuuuu”. Al igual que el currucutú, hay muchos otros que son bautizados por su forma de cantar, como el Piscuis (Synallaxis albescens) o el Compra pan (Grallaria ruficapilla, si hace clic en estos enlaces puede escucharlos). Además, hay un dato muy interesante y es que algunos cantos tienen acentos: así como en las personas en Colombia podemos reconocer a un rolo de un paisa, también hay especies de aves que cantan diferente en cada departamento. Por ende, las personas conocedoras de los cantos de las aves podrían distinguir entre un afrechero “rolo” y uno “paisa”.

Las comunidades locales también nombran a los animales de acuerdo con su aspecto físico, sobretodo si se parece a algo simbólico o a otro animal más llamativo. Al jaguar (Panthera onca), lo conocen como “Tigre” desde México hasta Colombia y he escuchado a los agricultores, ganaderos y campesinos decir que “por acá pasa el “tigre”. Por ser un felino, majestuoso, manchado, recibe el nombre de su primo más conocido en el mundo, a pesar de que es más común para estas personas ver jaguares que tigres, pues los últimos no son originarios de América y sólo pueden ser vistos por estos lados en zoológicos o en televisión.

Los nombres comunes son tan diversos que algunas especies pueden tener muchos. El experto en aves Fernando Ayerbe Quiñones, ha logrado contar hasta más de 40 nombres comunes para la soledad cafetera, y esto solamente en Colombia (mire abajito el listado). Muchas veces estos nombres no son triviales. De hecho, pueden enseñarnos sobre la biología de las especies. Un caso que se me viene a la mente es importado del norte del continente: mi colega, la Doctora Jean Lieppert Polfus, trabajó con los Indígenas Dene del norte de Canadá, para estudiar la genética de los caribúes (Rangifer tarandus). Hasta el 2015, la ciencia occidental sólo había descrito 3 variedades de caribúes. Sin embargo, los Indígenas Dene, que han coexistido con estos animales por miles de años, tenían 4 nombres comunes para los tipos de caribúes que, según ellos, se veían y actuaban diferente. Trabajando de manera conjunta con los Indígenas Dene, Jean confirmó que efectivamente existen 4 variedades de caribú y que las cuatro tienen diferencias marcadas en su genética. Estos estudios colaborativos entre científicos e Indígenas han llevado a consolidar esfuerzos de conservación para mantener vivas las cuatro variedades de esta especie, pues lamentablemente todas están al borde de la extinción.

Foto: Algunos nombres comunes para la Piaya cayana. Fuente: Fernando Ayerbe Quiñones @ferayqui

En mis investigaciones también he encontrado que los nombres comunes van más allá de describir los animales por cómo se ven, o cómo cantan. Muchas veces, los nombres mismos de los animales ayudan a crear, o retroalimentan, una identidad nacional o racial de las comunidades locales. Por ejemplo, la Maria Mulata (Quiscalus mexicanus) se ha convertido en sinónimo de resistencia afrocaribeña y es un símbolo regional del Caribe Colombiano. Esta ave fue la musa del pintor Enrique Grau, y gracias a él tenemos monumentos de Maria Mulatas en Cali, Barranquilla, Cartagena y Medellín. Es un ave reconocida, más que por su aspecto físico, por el patrimonio cultural que hoy representa.

Foto. Mural de Maria Mulata en Cartagena. Foto: Dr. Leo R. Douglas.
Foto: Grafiti ‘EL DESTELLO MARIA MULATA’ de Yurika, en Getsemaní, Cartagena de Indias. Fuente: Así es Cartagena.

Entonces, respondiendo a mi pregunta inicial: ¿qué dicen estos nombres acerca de cómo las personas perciben los animales? Así como a las personas se les dan diferentes apodos de acuerdo con sus características, al nombrar los animales importa cómo se comportan, se escuchan y se ven. Hay mucho más que podríamos saber sobre la biología de los animales y sobre las culturas humanas, si juntáramos los conocimientos ancestrales de las comunidades locales y de los Pueblos Indígenas con la ciencia occidental. Varios de mis colegas se han dedicado a crear iniciativas que juntan esos mundos de conocimiento, como el atlas EWA de nombres comunes de aves. Algo tan simple como un nombre común, puede ayudarnos a entender qué piensan las personas sobre los animales, qué diferencias genéticas existen dentro de las especies, y así informar sobre cómo podemos protegerlos mejor.

Por: Alejandra Echeverri Ochoa
Bióloga, magíster y doctora en recursos, medio ambiente y sostenibilidad. Es investigadora en el Proyecto de Capital Natural de la Universidad de Stanford, Estados Unidos. Alejandra es exploradora de la National Geographic y recientemente fue nombrada como una de las 20 líderes ambientalistas de la Universidad de Stanford.

Nota: Seguro se dio cuenta, pero le dejamos aquí una notica por si acaso. Todas las especies de animales en este escrito fueron presentadas de tal forma que primero se lee su nombre común y, luego, su nombre científico en latin, entre paréntesis y en letra cursiva. Algunos de esos nombres científicos son bien bonitos, ¿no le parece?

Otra nota: En el artículo se menciona “la ciencia occidental”. Con esto, la autora quiere decir que hay comunidades Indígenas que también hacen ciencia. Una de estas comunidades, en el norte de Canadá, fue la que hizo la descripción de los caribúes bajo su propio sistema de clasificación. Esta idea no es del todo extendida y por eso, si le interesa la vaina y quiere leer más, le recomendamos que se pase por aquí o por aquí. Además, si quiere leer cositas en inglés, este y este texto abordan el mismo tema. Y, como si fuera poco, nuestra publicación “¿Qué tan criolla es la #CienciaCriolla?” también hace referencia a este tema. Échele un ojito:

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