Las culpas de mi hermano el vago

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3 min readDec 17, 2020

Por: Maikel Pons Giralt

Nota: Este texto fue publicado por el autor en respuesta a artículo Con lupa para llegar abajo, publicado en el periódico Juventud Rebelde.

Ahora el Estado es mi “papá” y no el sistema de instituciones que deben garantizarme bienestar, protección, derechos y deberes y buen servicio. Ahora yo no soy un hijo de Cuba, soy hijo del Estado cubano, y tengo que creerme que las ineficiencias macro estructurales y de ordenamiento del “Estado/papá” son culpa de algunos hermanos míos “vagos y extraviados”.

Qué manera tan grosera de restarle responsabilidad a los que le pagamos para que piensen y gestionen, incluso aceptando la idea de que ni en sueños pasan el trabajo de la gente en el barrio. ¿Así que ahora para ordenar la economía, las finanzas de mi Cuba Revolucionaria, la tendencia será sustentarlo en un discurso de meritocracia, discriminador y de instigación al enfrentamiento? ¿Eso es lo mejor que podemos decir para entusiasmar y esperanzar a la gente? ¿Que el “revendedor” y el “vago” de mi barrio son los “culpables” de que el salario no me alcance? ¿Así se lo enseño a mis hijos y estudiantes, que la “guerra” es contra ellxs y no contra la corrupción, la burocracia y la ineficiencia administrativa?

En Brasil, durante 10 meses un gobierno de derecha y neoliberal le ha pagado un estipendio en comida o dinero a millones de personas desempleadas o en vulnerabilidad social, personas sin techo, “marginales”, “vagos”, “extraviados”, negociantes que cerraron negocios por la pandemia, etc. Esto no fue porque el gobierno “quiso”, hubo presión, luchas sociales, demandas de movimientos y organizaciones, y mucha solidaridad. Las políticas de bienestar social son ya tan viejas en el mundo como la rueda; no son privativas de sistemas con orientación socialista, aunque la inspiración vino de ideales socialistas, no solo marxistas. Igual de larga data son los discursos que condenan las políticas de igualación y de equidad como un “exceso” de Estados “benefactores”. Por ahí comienza la retirada de derechos.

Las políticas de igualdad social en Cuba se empezaron a gestar en la manigua mambisa, en los Palenques y en la Sierra Maestra, no hubo, no hay un “Estado/papá”, costó sangre, sudor, lágrimas, limitaciones, carencias, trabajos y sueños de millones. ¿Quiénes son los “vagos” o “extraviados” nuestros que tienen el desorden en las políticas sociales, económicas y financieras? ¿Será que por ese camino discursivo y de pragmatismo económico mañana el bienestar social mínimo, la protección social básica, no será un estorbo?

Ojalá cuando termine ese ordenamiento haya comida en la mesa, gente graduada queriendo trabajar y no emigrar e ideas progresistas y antidiscriminatorias vivas en el imaginario y en las prácticas de las relaciones sociales.

De lo contrario, el ordenamiento económico habrá dejado atrás y hará sucumbir las políticas de inclusión y equidad, y también la ideología revolucionaria de izquierdas. Y aclaro que salud, educación y seguridad social, no son indicadores únicos de inclusión y equidad, y menos en un proyecto socialista. Para esa fecha, y si eso ocurre, que el gobierno cubano (antirrevolucionario) del momento cuente conmigo en la oposición.

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Originally published at https://www.desdetutrinchera.com on December 17, 2020.

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