El escritor
El escritor pone en palabras lo que duele
El escritor pone en palabras lo que duele. Lo que llena la mente cuando intenta domesticar una página salvaje de un cuaderno que no es todavía suyo.
Piensa que piensa cuando piensa que está escribiendo algo que sale del corazón, del alma incluso. Iluso sólo traduce en palabras lo que preocupa al inconsciente.
Se pregunta si alguien leerá estas conjeturas en voz alta frente a un grupo de 18, no 19 personas y si ellos escucharán.
Sabe que el que empezó a escribir estas líneas no será el mismo que ponga el punto final a este ejercicio. Será alguien distinto que entre tantas vueltas encontrará un orden que quedará registrado para sus recuerdos. Para cuando olvide sin querer. Para cuando desee ojear, sin ganas, un pasaje de este cuadernito negro que sostiene sus emociones.
Sólo que incluso ahí, en ese momento, con estas palabras en sus manos el verdadero origen del dolor será distinto. Habrá mutado. Y el escritor habrá escrito lo que dolía de una forma que tristemente nunca igualará la realidad del sentimiento. Aún cuando su sombra haya quedado impregnada en este pequeño cuaderno que ya no está en blanco, que ya no es salvaje y que ahora sí, es suyo para siempre.