Gris

Arturo Hernández
La ventana de Arturo
2 min readApr 15, 2020

Me di cuenta de que el proceso había comenzado cuando dejé de sentir mi pierna derecha. Comenzó como un cosquilleo que inundó cabeza, torso y extremidades. Rápidamente logró inmovilizar el resto del cuerpo y algunas horas después ya no sentía nada.

Costó trabajo, pero aún así podía todavía levantarme y moverme en el departamento. Lentamente, pero era posible. Como pude me dirijí al baño de la entrada. Tan sólo un inodoro, un espejo y un lavadero habían ahí dentro. Arrojé la puerta con una fuerza un tanto más intensa de lo necesario, pero es que ya no podía medir mi energía. Ya dentro, me arrastré frente al espejo.

Ahí fue cuando supe que ya era tarde. Vi mi reflejo. Mis manos comenzaban a mostrar líneas moradas donde antes mis venas se ocultaban detrás de la tez cálida de mi piel, mi cabello comenzaba a caerse en pedazos frente a mí y mi rostro. Mi rostro había adquirido un tono grisáceo. Y viendo de cerca, mi frente, mis cachetes, cada pedazo de piel tenía una textura semi-rígida, un tanto más seca, como si mi cuerpo fuese una fruta rancía que iba perdiendo vitalidad frente a mis ojos.

Como si la vida que circulaba por mis venas, de repente ya no lo hiciera más. Como si hubiera comenzado a morir sin darme cuenta.

Sorpresivamente, las lágrimas aún lograron salir de mis ojos en ese momento. Mientras pensamientos oscuros cruzaban mi mente, me senté en el inodoro y me pregunté cuánto tiempo quedaba hasta que la transformación estuviera completa y mis habilidades cognitivas dejaran de ser guiadas por mi subconsciente, tal como lo había leído en las noticias.

Hasta que mi yo se perdiera entre los impulsos salvajes de mi humanidad. Hasta que el hambre fuera mi principal motivador.

Lloré por algunos minutos, hasta que mi corazón saltó un latido cuando escuché la puerta del departamento abrirse. Seguido de un saludo familiar. Era mi vecina.

No quería hacerlo. Sin tanto trabajo como al entrar, me puse de pie nuevamente y me dirijí a recibirla, ya sin control de mis movimientos, pero con hambre, mucha hambre. Tanta hambre…

--

--

Arturo Hernández
La ventana de Arturo

📍Mexicano en Panamá 👨🏻‍💻 ♥️ Hablo de tech, startups, videojuegos, música pop, de escribir de vez en cuando y de leer mucho