Plantas

Hace poco leí que es bueno rodearte de plantas porque ayudan a disminuir la ansiedad, controlan el estrés, purifican el aire que nos rodea e incluso disminuyen el ruido del ambiente. Re-leyendo ese artículo, me pregunté por qué llevaba tanto tiempo sin ellas, si éstas tenían la aparente respuesta a tantos problemas, por lo que instantáneamente fui de compras.

He sumado 19 plantas a mi colección. Estoy en la búsqueda de aquellas que sean de interiores, que no necesiten mucho sol, que puedan vivir sin tanta agua, que no requieran de tantos cuidados y, en general, que puedan vivir sin mí por momentos.

Y es que llegan instantes donde otras situaciones se roban mi antención. Hay días en los que la mente no puede pensar más que en eso que estuvo intentando todo el día resolver, incluso cuando pretende conciliar el sueño. Así mismo cuando va al súper, cuando va a cenar, cuando sale a divertirse. Los pensamientos siguen ahí en el subconsciente. Invadiendo el umbral cognitivo.

Pero imagino que las plantas harán la diferencia o por lo menos eso espero. Por lo que consigo macetas ad-hoc para cada una. Algunas altas, otras un poco más gruesas, un par de metal, otras de concreto (pero blanco para que combine con las paredes) y claro, aquellas que son de otro material sólo pueden ser grises (por el mismo tema de la armonía de colores).

Justo así es que han pasado ya algunos meses. Quisiera creer que las plantas han logrado su cometido, ya que por fin la mente alcanza a descansar de los constantes pensamientos que la inundaban. Ahora sólo piensa en que quizás algún fertilizante ayudaría a que crezcan más rápido, se pregunta si es fácil que alguna plaga llegue a ellas e incluso cuestiona si puede dañarla el tener demasiadas en lugares cerrados como una habitación o un salón de estar.

Me pregunto si las plantas son las culpables. Tantas opciones, tantas energías. Que si las hojas son más verdes que ayer, que si unas ramas se están volviendo amarillas, que si aquellos huecos estaban ya en las hojas el día anterior, que si le falta agua, que si le di demasiada agua, que si le falta el sol, que si es la temporada o quizás le faltan aire.

Pero a quien engañamos, la mente tiene ya esta costumbre de obsesionarse por cada pequeño detalle en cada situación (por diminuta que sea). Me pregunto si en realidad ellas, las plantas, tienen la culpa de esta pesadumbre que ahora ha conquistado estos pensamientos.

En corto: Sí, parece que las plantas ahora son el problema.