A ella no le gusta

La pluma durmiente
La vida en sueños
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2 min readApr 7, 2016

Me encanta que alguien me conozca hasta tal punto que diga “eso a ella no le gusta”. Ojalá fuera tan fácil, y mira que tendemos a pensar que somos sencillos, aunque desde fuera se nos vea la complejidad a kilómetros de distancia.

Mi vida es de esas en las que 24 horas al día me parecen pocas, de las que por mucho madrugar nunca amanece más temprano, de las que saber el día en el que vivo es casi todo un reto recordarlo a la primera. Soy alguien cuyo día a día se ve marcado por turnos de trabajo rotativos que descuadran hasta la más organizada de las mentes, y que abarca tantas cosas que al intentar apretar a veces siento que se me está empezando a cortar la circulación.

Las personas nos dicen cómo son, pero lo ignoramos porque queremos que sean como a nosotros nos gustaría que fuesen. Vamos por la vida mirando el móvil cada 5 minutos para ver si hay amor o hay wifi, lo que aparezca primero. Somos imperfectos porque ansiamos que nos regalen todo en la vida sin mover un dedo, y he de decirte que conmigo, si tiras la toalla, más vale que sea en la playa, porque sino me perderás para siempre.

Si quieres saber lo que digo no me escuches. Mírame a los ojos. De este modo me entenderás a la primera. Me encanta ir por la calle y sonreír por un recuerdo, o por una canción de esas que disfruto cuando estoy feliz, y que me hace entender la letra cuando estoy triste. Voluntad sin planes que vive el momento, porque mañana quien sabrá. Llegaste a mi vida sin esforzarte en andar de puntillas, por si acaso, como un huracán en traje de luces buscando peores plazas que torear. Te miro y sólo me dan ganas de planear viajes, con infinitas ganas de saber si esto que llamamos hoy, pronto será nuestro mañana. Porque la vida no está para verla pasar.

Trato de no incurrir en el error de pensar más en la forma que en el fondo. De comprar el bolso que mejor quede en tu selfie para Instagram cuando aún no sé de qué llenarlo. De descargarme mi canción favorita antes de haberla bailado hasta que me dolieran los pies. Soy de las que luchan mil batallas por dentro con mil sonrisas por fuera. Soy de quien es capaz de encontrarme en pedazos y juntarme hasta completarme. Soy de quien me mire y sepa lo que “a ella no le gusta”.

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La pluma durmiente
La vida en sueños

Nos pasamos la vida intentando encontrar la cordura cuando a veces, para ser feliz, lo único que necesitas es perderla.