Besos infinitos

La pluma durmiente
La vida en sueños
Published in
2 min readJan 17, 2016

Me encanta que hagas que cada beso que me des intentes que dure lo máximo posible. Que me abraces y me sienta la mujer más segura y protegida del mundo. Porque en esos momentos las palabras no sirven, se convierten en una forma preciosa de llegar a ninguna parte.

Me vienen a la memoria aquellas personas con las que estuve en el pasado y en cuánto deberían aprender de ti. Aunque yo estoy ya en una etapa en la que no quiero que me molesten cuando estoy concentrada en mis pensamientos positivos. Una etapa en la que para ofenderme, primero tendrías que importarme.

Nos separan 2 años de edad, y aunque físicamente imperceptibles, no puedo evitar cuestionarme muchas cosas sobre ti. Yo he vivido algo más que tú, y a pesar de que ambos nos sentimos preparados para estar juntos, no me gustaría que tuvieras la sensación de haberte perdido cosas por estar conmigo….sólo conmigo.

La experiencia me hizo darme cuenta de lo que quería, y gracias a eso sé lo que me hace feliz. Me hacen feliz tus besos infinitos, tus ganas de verme, tu inquietud por comerte en mundo y tu pérdida progresiva de timidez cuando pasan los primeros 5 minutos después de verme.

Todo lo bueno o malo en la vida llega sin avisar por mucho que a veces lo veamos venir. Y es tan poco el tiempo que tenemos que no podemos desperdiciar nuestros días viviendo la vida de otros, pues lo que niegas te somete y lo que aceptas te transforma.

No voy a dejarte marchar. Voy a conocerte, a sentirte, que de separarnos ya se encargará el destino. Y si te vas a enamorar de mí, no te enamores de cómo me arreglo un sábado por la noche. Ni de mi cuerpo. Ni de mi forma de caminar. Enamórate de mi impaciencia, de que a veces quiera estar sola, de mis berrinches de niña o de lo madura que me pongo cuando te regaño. Enamórate de mis cicatrices (también las del alma), de mis lunares y de todas aquellas cosas que me hacen imperfecta.

Y yo te prometo que me enamoraré de tus besos infinitos.

--

--

La pluma durmiente
La vida en sueños

Nos pasamos la vida intentando encontrar la cordura cuando a veces, para ser feliz, lo único que necesitas es perderla.