Días de nada

La pluma durmiente
La vida en sueños
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2 min readJul 19, 2015

Yo ya nunca duermo. Sólo sueño.

No vale pedir perdón ni arrepentirse por errores que no deberías haber cometido. Aprovecha para errar cuando sueñas, porque esos baños en sudor con los que te despertarás valdrán más que toda una vida en la escuela.

La ley del mínimo esfuerzo y máximo sentimiento es una bella hipocresía que únicamente sirve como reclamo de aquello que muy posiblemente merezcas en compensación de todo el sufrimiento del pasado. Pero seamos realistas, no se puede recibir sin dar.

Evita los días de nada. Llena los espacios de tu vida con cosas que merezcan la pena, y haz que en tu vida pase algo más que el tiempo.

Vivir el momento, ser siempre la mejor versión de mí misma. Y si con esto creo envidias, simplemente alejarme de aquellos que pretendan enturbiar mi felicidad. Es verdad que para levantarse, primero hay que caer. Para aprender, primero hay que equivocarse. Pero aun así, sigo sin encontrar la utilidad a las personas tóxicas.

Mucha gente olvida que muchas veces la mayor felicidad es tomarse un café con una amiga, irse de cena y perder la cuenta de las copas de vino que llevas, compartir las desavenencias de la vida y sentir que tienes a tu lado gente que te cuida y a la que cuidar. Con momentos así, nunca existirán días de nada.

Permitirme el lujo de poder elegir, y ser consciente de que nunca hay dos respuestas a una pregunta. Trato de tener siempre un plan B. Una salida. Una vía de escape. Porque la mayor victoria es saber quién soy de verdad y o que quiero en la vida. Lo demás es sólo un camino que hay que recorrer, eso sí, sin exceso de velocidad.

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La pluma durmiente
La vida en sueños

Nos pasamos la vida intentando encontrar la cordura cuando a veces, para ser feliz, lo único que necesitas es perderla.