Los puntos intermedios

La pluma durmiente
La vida en sueños
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2 min readAug 14, 2015
photo by Goffough

Ante todo, he de decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido.

Pero la empatía no consiste en ponerse en los zapatos del otro, pues cada cual tiene su propia pisada y eso les hace recorrer caminos diferentes en la vida. La empatía trata de ver la tristeza que se esconde detrás de una sonrisa forzosamente dibujada. Se trata de saber tocar, saber acariciar, saber escuchar y, en definitiva, saber hacerme sentir mejor.

Menos mal que me cuidé de desviar mi diana para evitar que acertaras en el centro de mis debilidades, porque de haberme enamorado hubiera sino en vano. Aún estás lamiéndote tus heridas, pero éstas no se curan a base de robar sentimientos de otras personas, porque lo de que un clavo saca a otro clavo no es precisamente lo más ético, y más cuando lo que busco es ayudarte y no ser otra más de tu lista, o alguien que también te engañará.

He vivido los dos extremos de una relación en la vida, y ahora necesito que realmente me valoren y me cuiden, sin ser demasiado dependiente ni demasiado independiente. Ni falto de aspiraciones ni adicto al trabajo. En resumen, un punto intermedio, que consiga que todo lo que haga hoy me de la oportunidad de disfrutar mañana. Que consiga que todos los días me despierte con una sonrisa porque es él mi primer pensamiento de la mañana. Que me anime a no cambiar mis sueños por los suyos, sino en perseverar en ellos para que se cumplan.

Me llegaste a decir que tú eras ese punto intermedio, y casi te creo. Me acariciaste el pelo mientras me escuchabas contar mil batallas sobre mi vida, me miraste en silencio y me pusiste nerviosa. Pero, por suerte, conseguí frenar ese instinto suicida de enamorarme de ti.

El odio es tomar veneno esperando que muera el otro. Por eso no soy una persona rencorosa, y evito cualquier resentimiento que me haga desperdiciar valiosos minutos de mi vida.

Siempre cumplo mis promesas, y no porque siempre versen de cosas banales, pues también prometo cosas importantes. Eso sí, a personas importantes. Por eso prometo poco, porque no todo el mundo se ha ganado mi palabra y mi compromiso de cumplirla.

Me encantan tus silencios cómodos y tus formas calladas, porque quien realmente habla son tus ojos, que me dicen todo aquello que necesito saber. Hablas poco, porque cuando lo haces es porque tienes algo importante que decir, y eso hace que te preste más atención, que quiera estar a tu lado porque veo que me aportas cosas importantes, aunque éstas no formen parte de mis puntos intermedios.

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La pluma durmiente
La vida en sueños

Nos pasamos la vida intentando encontrar la cordura cuando a veces, para ser feliz, lo único que necesitas es perderla.