La vida desde una butaca
El reloj marco las 2 a.m. y la plática se tornaba aún más etérea y filosófica que nunca, le di un trago al vino para abrir un poco la garganta e interrumpí a todos:
“Para mi, la vida es como estar sentado en un teatro con un escenario de 360° grados en el centro. Cada persona desde que llega tiene una sección y una butaca asignada, eso es el equivalente a las circunstancias en las que naces y te encuentras. A partir de ahí, todos empezamos a ver la obra desde nuestra propia perspectiva, algunos ven la obra muy de cerca y alcanzan a notar detalles en la cara de los actores, la mirada y titubeos en la voz, mientras que los que están alejados solo ven figuras pequeñas en movimiento y pueden notar si existe, o no, una armonía en la obra.
Durante la función, algunos logran cambiar de asientos y unos pocos de sección, esto inmediatamente altera la forma en la que perciben la obra porque la ven desde otra perspectiva; eso significa que cada cambio de asiento te muestra una nueva visión de la misma obra, aclarando detalles que antes no habías observado. Estos cambios de sección solo pueden pasar con cambios importantes en la vida que alteren la forma en la que percibes el mundo.
Por momentos vas a escuchar a la gente que se encuentra frente al escenario gritar con asombro ante un truco de magia, mientras que los que se encuentran en una posición diagonal abuchean al mago porque alcanzan a notar la farsa del truco.
En este teatro las secciones no están separadas por gente de seguridad o cadenas, simplemente la gente tiene miedo a cambiar de zona por ser juzgada o por miedo de salir de su comodidad. Nos sentimos atrapados por cadenas invisibles.
El problema existencial es que nunca podremos ver la vida de todos los asientos y ángulos posibles; así que es imposible que tengamos la visión completa de la obra. Nuestra única posibilidad es tener estos instantes dónde podemos tele-transportarnos a otra sección, esto se logra conociendo a gente que tiene una visión totalmente diferente a la nuestra o viajando para lograr abrir el abanico de nuestra limitada percepción.
El reto en la vida es poder ver la obra completa y la única forma de hacerlo es viajar y conocer nuevas personas que te expliquen como se ve la obra desde otro punto, para que así podamos enriquecer y abrir nuestra visión sobre la vida.”
