La ironía del amor al arte

Another Writer
La vida no es fácil
2 min readNov 7, 2014

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Una sociedad que valora más una botella de Möet que un cuadro de Monet. Un mundo hipócrita en busca de cultura.

Estos últimos años, nuestra generación ha sufrido una paraplejia artística, un dilema existencial. El problema radica en nuestro deseo por promover las carreras artísticas, pero sin impulsar el arte. Estimulamos que los jóvenes se atrevan a elegir graduarse en las artes, pero no valoramos el resultado, no incitamos a que la sociedad aprecie el resultado, las obras.

La ironía es que predicamos que sin importar lo que estudies podrás salir adelante, pero eso, es mentira. Un pintor que no llegue a tener el talento y las conexiones suficientes para destacar en ese 1% no tendrá éxito, no por falta de capacidad, sino por falta de demanda y apreciación artística.

Porque vivimos en una sociedad que valora más una botella de Möet que un cuadro de Monet.

La única forma de salir de este círculo decadente es que cultivemos el mérito artístico, que el ideal de éxito sea coleccionar cuadros no zapatos.

Solamente regresándole el valor a las artes es que lograremos tener una sociedad que promueva el desarrollo cultural, por medio de su apreciación y valúo.

Necesitamos que los ricos nos presuman su dinero a través de arte no de yates. Para entonces lograr que el arte sea un ideal y no sólo el gusto refinado de pocos.

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La vida no es fácil

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