Para que brillemos.
Los pequeños dedos de la niña apretaban la mano de su madre. Se encontraban caminando por la playa cuando tímidamente la pequeña voz rompió el silencio:
— Mami, ¿dónde está papá?
— Él volverá pronto, ya te he dicho.
— ¿Pero si va a regresar por qué metiste sus cosas en cajas?
— Ha estado muy ocupado, pero siempre me dice que nos quiere mucho. -No entiendo… lleva mucho tiempo sin venir a vernos. Su ropa ya huele feo y tiene polvo. ¿Si nos quiere tanto por qué no regresa?
— Hija, mira hacia el sol y ve cómo va poco a poco desapareciendo. El sol quiere tanto a la luna que muere para dejarla brillar. Tú papi nos quiere tanto que se ha ido… para que brillemos.
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