Quedas para siempre
Caminar por aquella selva junto a ti, sintiendo la diferencia de temperatura entre tu mano y la mía, esa era mi rutina favorita. Admirábamos los árboles, las cascadas y las flores, mientras los animales ignoraban nuestra existencia.
Hablábamos de todo un poco y tu acento sureño me hacia sonreír con cada frase.
Tomábamos fotografías del ambiente, tratando de capturar memorias como si fuesen mariposas, y nuestra red aquella vieja cámara análoga. Apunté el lente hacia un manantial, cuando de pronto saltaste dentro y comenzaste a nadar disfrutando del agua fría; apreté el botón con la intención de inmortalizar el momento efímero, y esta foto fue el resultado. Cada vez que la miro me acuerdo de ti, de los minutos, de los besos, las memorias y recuerdos. De lo rápido que pasa el tiempo y lo breve que es la vida.
Que aunque ya no estás… los instantes quedan para siempre.
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