1. El vino y la conexión con el mundo. Tercera parte

Pienso en que del otro lado de la botella hay alguien que elaboró ese vino sin tener demasiado clara la forma como se iba a beber. No importa cuánta data de tendencias de consumo de vino tenga un enólogo o el equipo técnico de una bodega, al final se hace loo que se tenga que hacer, se embotella y se distribuye en el entendido de que alguien la descorchará.

En algunos casos quien elabora el vino tiene intenciones bastante más nobles: expresar una uva, una región o una visión de la forma cómo puede hacerse determinado vino, en otros es simple comercio pero al final nadie puede asegurar, ni siquiera los bodegueros de Burdeos que venden por adelantado sus mejores vinos, cómo ocurrirá ese descorche y qué significará para quien lo disfrute, así como también para profesionales del vino, sean críticos o compradores para locales y restaurantes.

Esa creación en la que el receptor es un horizonte lejano e indeterminado me conecta me conecta particularmente porque, en el fondo, si bien en el caso de cada botella yo estoy al final de la cadena, con estas notas ocurre lo contrario: llevo un año haciendo todos estos apuntes y aunque también el lector sea ese horizonte lejano y en buena medida indeterminado siento la conexión latente de que alguien las leerá y para alguien significarán algo.