189. 5 nuevas formas de elegir un vino
También podríamos hacerlo por la elaboración: tranquilo, espumoso o fortificado. Entre un tinto sencillo al champagne, el jerez y el oporto hay tantas ocasiones distintas…
O por su capacidad para armonizar con comidas. Hay gente que descree del término, pero hay vinos “gastronómicos” en el sentido de que alcanzan la plenitud de sus sabores cuando acompañan platos mientras que otros se disfrutan mejor en duelo solitario entre el catador y el contenido de la copa.
También la edad cuenta. A veces apetece un vino muy joven, jovial, directo; otras el enigma que muchas veces proponen los vinos maduros.
El estilo es otra variable. ¿Clásico, tan clásico que a veces deja algunas aristas que uno puede apreciar hoy, con lo que hemos bebido como rusticidad, pero no es más que su esencia?¿O moderno, perfeccionado diseñado?
La cepa o variedad. Lo que buscamos en la chardonnay no no los da la sauvignon blanc, lo que nos regala la malbec no puede complacernos cuando queremos cabernet sauvignon. No es lo mismo desear un buen vino blanco a desear un buen riesling, un buen tinto a un buen tempranillo.