2. El vino y la conexión con el mundo. Segunda parte.

Parece obvia la conexión de la que hablamos cuando compartirmos el vino con quien tenemos muy cerca, a quien le servimos en una comida de placer o cuando lo hacemos en una degustación pero quiero centrarme en un detalle que me parece más interesante que el simple hecho de compartir la botella. A primera vista, parece que el vino fuera el mensaje propiamente dicho: después de todo, como en tantas notas lo hemos repasado, se trata de una bebida que contiene numerosas historias y marcas que permiten que lo leamos en diferentes niveles.

Pero en su lado más luminoso, el vino es, sobre todo, un medio, un canal de expresión. A partir del vino transmitimos amor, admiración, pasión y ésa es una conexión que me interesa mucho más, cuando el mismo hecho de compartirlo es un puente, una vía para establecer contacto. Es cierto que no todo el mundo responde de igual manera, no todos “conectan” pero cuando esa conexión ocurre, no importa cuánto sepamos sobre el vino y cuánto nos empeñemos en apreciarlo, es ese vínculo nuevo que se ha formado lo que se impone.