25. El debate entre hallaca y vino
Comencé a escuchar sobre el debate cuando recomendaban amarone. Probé y no me gustó.
El año pasado vi el fervor de validar la pertinencia de un rosado francés. Me pareció una idea provocativa pero tampoco me gustó.
En el interín escuché sobre el tempranillo, eso me hizo más sentido. Rioja y básicamente crianza probé y me gustó.
La primera vez que me preguntaron dije syrah y lo sostengo. También pienso en tempranillo y alguna vez probé con carmenere y me gustó.
Creo que la hallaca es el plato perfecto para confirmar algo que suelo repetir: es una fortuna no ser esclavos de una tradición que combina platos y vinos desde tiempos ancestrales. Nosotros ponemos una receta de complejos aromas y sabores y tenemos el privilegio y la responsabilidad de ir explorando los vinos que mejor puedan combinar.