321. Los amantes del buen vino

Siempre me detengo cuando en el perfil de alguien en redes sociales leo “amante del buen vino”. Trato de mirar las imágenes relacionadas que ha publicado para ver qué consideran ellos buen vino y de verdad que 3 de cada 5 personas muestra etiquetas decepcionantes que me hacen pensar que no saben qué es “el buen vino”.

Pero más me interesa esa autodenominación por lo siguiente: si hay algo que cambia en la apreciación propia a medida que se conoce más del tama y se descorchan más botellas, precisamente es lo que uno considera un buen vino. A veces al comienzo uno es demasiado víctima de sus condicionamientos y el paladar sólo responde a lo que es familiar. Luego se sale de la zona de confort y se descubren otros aromas, sabores y sensaciones que sin duda afectan esa definición propia de “el buen vino”. Luego se sigue leyendo, descorchando, se descubre el vino maduro con años o décadas de envejecimiento en botella y se sigue redefiniendo.

De forma que, con el paso del tiempo, esa idea del buen vino sólo puede referirse como una fotografía de un momento. El resto es el aprendizaje constante y el cambio permanente de esa idea. Para bien.