326. Vinos y comida rápida
Ya hicimos una nube de palabras sobre hamburguesas y vino pero, realmente, ése es solo el comienzo. No hay nada más liberador, en muchos sentidos, que jugar con los sabores de la comida rápida y los vinos.
La grasa del pollo frito, esos picos ácidos y dulces y ahumados de salsas como la BBQ o la ketchup, los toppings de las pizzas (de hecho, la pizza entera con la mezcla de la salsa de tomate, el queso y los vegetales, embutidos o cualquier cosa que vaya sobre ella), los toques de jengibre y soya en la comida china internacionalizada, por solo mencionar algunos casos, son ocasiones perfectas para descubrir el lado más especiado del syrah o las versatilidad del champagne rosé, por ejemplo.
Cada vez que uno descorcha una botella con comidas que son verdaderos placeres culposos y solo porque le provoca placer y no porque lo leyó en algún manual o lo escuchó de algún experto, hay doble motivo para celebrar.