362. Sauvignon blanc (ya no son lo que eran)
Por años, decir sauvignon blanc era pensar en un modesto aperitivo, ácido para que hiciera salivar y que había que servir muy frío, al menos con la mayoría de los vinos que no tenían una procedencia de pagos y bodegas muy específicos. Con la aparición de los sauvignon blanc de viñedos muy cercanos a la costa -pienso ahora en los chilenos, Leyda, San Antonio y Casablanca- son mucho más: son minerales, salinos, ligeramente untuosos, retadores, entrañables. Hace bien probar un sauvignon blanc de ese tipo, hace que se mantenga despierto y curioso el paladar.