6. Los vinos memorables y los vinos placenteros. Tercera parte

Algunas claves que hacen a los vinos memorables:

El ser memorable no es una etiqueta que tú le impones, el vino se revela como memorable, tienes el privilegio de reconocerlo como tal.

Por lo tanto, uno no persigue los vinos memorables que va a probar, ellos se nos aparecen.

Si se necesitara un símil, descorchar un vino memorable es como tener acceso a un portal de los que se narran en clave de ciencia ficción: marcan un paso a través del espacio y el tiempo, desde el origen de los viñedos al año de cosecha al momento del descorche y a la certeza de que ese vino que tenemos al frente marcará a partir de ese punto la manera como tomaremos los siguientes.

El momento del descorche juega un papel fundamental en el vino memorable, tiene que estar maduro, en su esplendor, es casi imposible predecir que un vino será memorable cuando está muy joven o determinar que fue memorable en su mejor momento cuando se le degusta en su declive.

Es una experiencia profundamente individual, íntima. Se puede hablar de ella, se puede tratar de transmitirla pero la misión siempre quedará a medio camino, siempre palidecerá contrastada con la experiencia real.