7. Los vinos memorables y los vinos placenteros. Segunda parte
Algunas claves para descubrir los vinos placenteros:
Siempre descubren -en ocasiones deslumbran con- un matiz diferente: una nota especiada inesperada, el recuerdo de una hierba cuyo aroma conocemos de memoria, una sutileza de textura que nos conmueve.
Son equilibrados pero no se trata de un equilibrio monótono sino de una tensión delicada que parece frágil pero se sostiene.
Se sobreponen a armonías no tan ortodoxas porque el placer que son capaces de general loo vuelven inmediatamente protagonistas de la mesa y deja en un segundo plano lo que se come.
Son de esos placeres que invitan a compartirlos: si en el momento del descorche uno no tiene a alguien cerca entonces lo comentamos con nuestros afectos, lo recomendamos, queremos tanto que otra gente disfrute como ser nosotros quienes les hayamos llevado a ese descubrimiento.
Suelen ser consistentes de añada a añada por lo que siempre son una opción interesante y cada descorche es como el reencuentro con un viejo amigo.