9. El placer de una degustación de vinos justo antes de Navidad

Ayer viernes 22 me propusieron presentar unos vinos chilenos a un reducido grupo de personas en La Societé, una enoteca pequeña pero con una seleción interesante de vinos. Mientras preparaba la actividad no había visto que apenas dos días separaban ese dia de la Nochebuena.

Entonces, aparte del gusto con el que siempre abordo estas actividades, me pasó por la mente que tenía una responsabilidad adicional y era que en algunos casos los asistentes podían estar buscando el descorche para esa cena tan especial o algún regalo que tenían pendiente y en mí caería la responsabilidad de llevarlos por ese paseo de la geografía de Chile, los perfiles varietales de sauvignon blanc, merlot y cabernet sauvignon, los aromas, sabores y texturas para que conocieran esas referencias pero también para que conectaran con el placer de forma diferente.

Durante hora y media estuvimos allí, frente a las copas, no en formato de clase magistral sino conversando. Vegetales y vinos tintos, la renuencia del venezolano por los vinos rosados, las armonías con la hallaca, lo ventajoso de los tintos ligeros en climas tropicales como el nuestro, fueron algunos temas que surgieron de manera natural como si fuéramos amigos de años mientras yo iba dejando claves para entender la bodega que presentábamos, Mancura.

Nos despedimos con un feliz Navidad y con esa magia de recordar esa magia del vino que hace a la ocasiones ordinarias momentos exquisitos y a las muy especiales, como esta temporada de fiestas, le ofrece la posibilidad de transformarse en momentos inolvidables, de esos que moldean la memoria y la sensibiliad y revitaliza los vínculos con otros cuando descorchamos en grupo o incluso con uno mismo cuando el descorche es en solitario.