Diversidad y Desigualdad salarial entre hombres y mujeres
El próximo 30 de marzo, participaré en una hackathon de Laboratoria que celebrará el marco de mil mujeres capacitadas como desarrolladoras front-end y UX Designers ¡en toda Latinoamérica! El evento tendrá lugar simultáneamente en cuatro sedes de Laboratoria y el tema no podría ser otro: “Hackeando la desigualdad”.
Con la aproximación de la hackathon y las distintas discusiones que hemos acompañado por las redes digitales y medios de comunicación por las conmemoraciones del Día Internacional de la Mujer, decidí traer algunos datos para, quizá, contribuir un poco más al debate.
La Organización Internacional del Trabajo — OIT, lanzó a finales de 2018 el informe Global Wage Report 2018/19, según el reporte, la disparidad salarial entre géneros es uno de los destaques.
El informe apunta que las mujeres que en muchos casos son mejor calificadas pero siguen ganando, en promedio, un 20% menos que sus colegas varones cuando ocupan una misma función. En empresas y cargos con predominio del género femenino, los salarios tienden a ser menores, incluso para hombres.
Un gráfico dinámico de la OIT hace posible comparar los promedios entre países y regiones. ¡Echa un vistazo y haz las comparaciones que prefieras! La imagen abajo demuestra que en Brasil el salario de un hombre es, en promedio, un 26% mayor que el de una mujer.
Entre los 70 países que han participado de este informe, Brasil se queda atrás apenas de Pakistán (36%) y de Sudáfrica (28%). De los 20 países latinoamericanos, apenas 11 fueron contemplados por el informe. Esta es la comparación de Brasil con sus pares regionales:
Es interesante observar que los dos países con los menores índices de diferencia salarial tienen economías con poca relevancia para la región.
¿Cuánto dejan de ganar las principales economías de Latinoamérica en función de la desigualdad salarial entre géneros?
La investigación Delivering Through Diversity (2018) encomendada por McKinsey, muestra que desde hace algunos años la diversidad de género, étnica y cultural está correlacionada con el desempeño financiero de las empresas. Solamente con la diversidad de género en los equipos ejecutivos, las empresas están un 17% más propensas a tener mayor rentabilidad (dos puntos porcentuales más, considerando la encuesta de 2015). Cuando hablamos de diversidad étnica y cultural el número asciende a 33%.
La realidad es que la diversidad no es sólo una ventaja competitiva para quien la escoge, sino también una penalidad para quien la rechaza: la probabilidad de obtener un menor desempeño financiero por no tener equipos diversos ¡es del 29%!
Ante esta realidad el mercado se ha movido, pero no en la velocidad en que nos gustaría verlo moverse:
“[…] el progreso en las iniciativas de diversificación ha sido lento, y las empresas todavía están inciertas sobre cómo pueden utilizar con más eficiencia la diversidad y la inclusión para apoyar sus objetivos de crecimiento y creación de valor.”
Delivering through diversity, 2018.
Por último, dejo el siguiente cuestionamiento: considerando que las empresas más diversificadas son mejores en mantener la satisfacción de los empleados, en perfeccionar la orientación al cliente, y también en la toma de decisiones, además de ser más capaces de atraer mejores talentos y propensas la mayor rentabilidad, ¿por qué todavía tenemos una desigualdad salarial entre géneros del 26%?
Este índice es mayor que lo de nuestros vecinos. Mayor que el promedio mundial. ¿No estamos nadando en contra de la corriente?
La hackathon “Hackeando la Desigualdad” ocurre el 30 de marzo, en las sedes de la Laboratoria en São Paulo, Santiago de Chile, Lima y Ciudad de México. Casi 400 mujeres ya formadas por la Laboratoria participarán del evento co-creando soluciones que traten de los desafíos que impactan a la vida de la mujer moderna: la existencia de estereotipos que etiquetan y limitan la ambición femenina; las dificultades para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia; la inclusión económica de mujeres en el mercado de trabajo, buscando la igualdad salarial y la representatividad femenina en los espacios de liderazgo.
