Emprendedoras, developers, madres y Laboratorians
Cuando nació Lucía, mi pequeña de hoy casi dos años, pasé varios días sumergida en una nube de emociones. Algunas buenas — el amor profundo, la ilusión y la esperanza — y otras no tanto. El miedo, la inseguridad y el cansancio fueron también parte importante de esa primera etapa como mamá primeriza. Tenía que aprender a cuidar a una nueva vida que dependía de mi enteramente, y nadie me había enseñando cómo hacerlo. A pesar de tener este reto inmenso sobre mis hombros, el resto de la vida no se detuvo. Laboratoria siguió avanzando, nuestro equipo creciendo, y las oportunidades presentándose. De hecho, a los pocos días de nacida Lucía me embarqué en un avión (con mi sacaleche al hombro) para compartir aquel panel inolvidable con el Presidente Obama. Inolvidable no sólo por ser Obama, pero porque hasta minutos antes de subir al estrado no podía pensar en otra cosa que mi bebé de 17 días que me esperaba a miles de kilómetros de distancia.
Han pasado casi dos años desde entonces. Dos años de infinito aprendizaje; de amor profundo al ver a mi hija crecer, y a Laboratoria avanzar hacia adelante. No he encontrado aún el mítico balance entre la vida y el trabajo. La verdad, cada vez me convenzo más de que al menos cuando tu trabajo te gusta y te apasiona, no existe. Llevo mis ilusiones y retos de mamá a Laboratoria — sería imposible no hacerlo porque son parte de mi. Vienen también a mi casa mis logros y preocupaciones como emprendedora. Hay días dónde me siento mejor mamá que líder, y otros donde pasa lo contrario. Pero todos los días me siento honrada de poder dedicar mi vida a algo que me importa, de pensar que podré ser un ejemplo para Lucía, y vivir mi responsabilidad de ser parte de construir un nuevo orden donde ser mamá no sea impedimento para llegar tan lejos como queramos en el trabajo.
Y así como yo, por Laboratoria han pasado cientos de mujeres madres que hoy están construyendo carreras en el sector de tecnología. Mujeres de Chile, Perú y México que están marcando un ejemplo para todo su entorno. Son developers, son madres y son Laboratorians. Ningún reto es muy grande para ellas. Hoy, que celebramos el día de las madres alrededor del mundo, quisimos compartir su historia.
Leslie Avendaño, Lima
Ser mamá es lo mejor que me puede haber pasado en la vida. Poder ver a tu hijito crecer es una de las mayores motivaciones que tengo. Los primeros días no podía estar 100% enfocada en estudiar porque era bastante tiempo, solo podía ver a mi hijo en las noches. Tomé como mayor motivo seguir porque iba a ser para su bien, tener una mejor economía y hacer que él también estudie. Cuando terminas (en Laboratoria), una misma se da cuenta de lo que ahora quieres aprender por tu cuenta. Trabajar en (tecnología) es todo el día estar aprendiendo, y poder luego retribuir todo eso a tu hijito.
Karina Buhezo, Lima
Cuando sentí que el tema de la realización personal no solo era para mi, si no que iba a influenciar a todas las personas que estaban a mi alrededor, especialmente a mis hijos Joaquín y Rafaela, entendí que ese era el camino correcto. Es así como veo la oportunidad de Laboratoria….y digo éste es el momento, es ahora, o nunca. Lo que tradicionalmente decimos, “una vez que tienes hijos ya no lo haces, no hagas nada, haz todo para tus hijos”, es en cierta forma mentira, porque uno siempre puede realizarse. Y eso es lo que yo quiero mostrarles. No solo a mis hijos si no a todas las mujeres a mi alrededor, y a todas las personas. Todo tiempo es correcto para realizarse. Siempre es una buena oportunidad para mostrarle al resto que podemos marcar la diferencia.
Stephany Salazar, Ciudad de México
Soy mamá de tres hijos — Leonardo, Frida y Diego — y fui mamá a los 16 años. Ser mamá para mi significa la responsabilidad y la dicha de poder educar y crear a las nuevas personas que van a cambiar el mundo en el futuro.
Creo que la manera en la que más inspiro a mis hijos es que ellos vean que la tecnología no es sólo para hombres, no es de alguien nada más, es para todos. Que pierdan el miedo, que se atrevan y se avienten a tomar esta aventura. Requiere mucho esfuerzo pero vale toda la pena.
Camila Gonzalez — Santiago de Chile
Llevaba un par de meses en la empresa cuando quedé embarazada y al comienzo dije “chuta”…pero cuando conté todos me apoyaron, con un ánimo y un entusiasmo tan grande que me hicieron sentir muy tranquila. A mis hijas las inspiro poniéndole pasión a lo que hago. Que ellas vean que lo que hago me gusta y me hace feliz, y puedan ver que más adelante pueden lograr algo similar. Que el trabajo no signifique esclavizarse si no hacer algo que les guste.
