Fuego y Sombra

Solemos enseñar en Lafrion a los Galldaí (los que llegan nuevos) que los Druidas somos seres de “fuego y sombra”.

DvbhDair
Laguna Serpiente
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5 min readOct 19, 2023

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Ser de “fuego y sombra” es una idea profunda dentro del druidismo que correlaciona la dualidad inherente a la naturaleza humana. En sí, tanto la sombra como el fuego son dos símbolos poderosos, y los abrazamos y equilibramos en nuestra vida y en nuestra espiritualidad desde lo metafórico y lo consciente.

La sombra representa los aspectos más oscuros y misteriosos de la existencia. En la tradición druídica, no se ve la oscuridad como algo malévolo, sino como todo el potencial que puede encauzarse a un propósito mayor. La sombra se halla en la introspección, la reflexión y la necesidad de enfrentar y aceptar nuestros propios miedos y debilidades. Ser de sombra es abrazar el aspecto más oscuro y profundo de uno mismo, aceptándolo como una parte esencial de la totalidad.

El fuego, por otro lado, simboliza la pasión, la energía y la transformación. En la tradición druídica, el fuego es una fuerza purificadora y creativa que habla del deseo de crecer, aprender y evolucionar. Ser de fuego implica abrazar la chispa de la pasión y la creatividad que arde en cada uno de nosotros. Significa vivir con vitalidad y determinación, hacia una meta mayor, la forja de un destino significativo.

Eso sí, desde la cosmovisión druídica todo se eleva a una tercera fuerza, una consciencia dispuesta y enfocada hacia un balance, y que representa en sí lo que se concibe como el arquetipo del druida, el tres, el canal, el filo del horizonte.

El Druida busca tejer su Destino propio a través de la búsqueda de la excelencia como manifestación de la verdadera Voluntad.

El camino druídico es un camino de autodisciplina en el que entendemos que, para forjar nuestro propio destino, debemos primero forjar nuestro propio carácter, tener metas claras y estar dispuestos a trabajar por ellas mediante el empoderamiento personal y el mejoramiento de nuestras habilidades y destrezas. La Voluntad se refleja en la chispa que impulsa la búsqueda personal. El druida debe ser capaz de encontrar balance mientras camino sobre el filo de la espada, decimos entre Cairde en Lafrion.

El druidismo entonces abraza la noción de que cada individuo tiene el potencial de alcanzar la excelencia y debe conseguirla en todas las áreas de la vida. Este camino no implica la búsqueda de la perfección, que puede ser ilusoria, sino el compromiso continuo de mejorar y crecer. La excelencia en el druidismo no se mide únicamente en términos mundanos, como el éxito material, sino en el desarrollo personal, la integridad y la contribución constructiva y cooperativa hacia la comunidad y el mundo.

La excelencia no es simplemente una búsqueda de habilidades mundanas con objetivos egóicos, sino la búsqueda de la excelencia en la vida misma. Los druidas aspiramos a romper nuestros límites y convertirnos en modelos de dignidad y honor principalmente para nosotros mismos.

El vivir a través de la experiencia de integrarse a las ‘Nueve nobles virtudes’: Géarchúiseach (Astucia, perspicacia), Iondraic (Honestidad, Sinceridad, integridad), Fianlainech (Honor, dignidad, nobleza), Fossad (Convicción, consistencia y firmeza en sus ideas), Sessach (Fuerza, Firmeza), Étir (Habilidad, ser competente), Trócar (Compasión y empatía) y Soithnge (Erudición y elocuencia).

Las virtudes, son la guía de nuestras actitudes en nuestro propio proceso espiritual. En mi tribu, por ejemplo, cada persona que desee pertenecer debe evaluar primero su comportamiento y su objetivo bajo la luz de estas nobles virtudes y su esfuerzo en cultivar cada una de ellas día a día.

Solo a partir de aquí es que comienza el viaje de la autorrealización del druida. Por ello, en el druidismo, se fomenta la autoexploración y la búsqueda del autoconocimiento a la par que se conecta con la tradición. Esto implica la reflexión constante sobre quiénes somos, cuáles son nuestros valores y objetivos, y cómo podemos contribuir al mundo de manera significativa. La meditación, el estudio, la introspección y la autoevaluación son prácticas comunes que ayudan a los druidas en su viaje hacia la autorrealización.

Para los druidas, la búsqueda de la excelencia implica la búsqueda de experimentación del “Imbas”, la Inspiración divina que nos proporcionaría una visión más profunda y perspicaz de la totalidad. Esta búsqueda de lo divino está estrechamente relacionada con nuestro compromiso con la voluntad y la disciplina.

Este poder no se basa en la arrogancia, sino en una profunda humildad y un profundo respeto por las fuerzas de la vida en cada una de sus manifestaciones.

Hoy en día, podemos aprender y aplicar las enseñanzas druídicas en nuestra propia vida. Podemos cultivar una mayor conexión con la naturaleza, practicar la disciplina personal y buscar la excelencia en todo lo que hacemos, en lo laboral, social, familiar, romántico, etc. y al hacerlo, no solo mejoraremos nuestras propias vidas, sino que también contribuiremos positivamente a nuestro entorno y al mundo en general, sin hipocresías ni falsedades. En compañía de nuestros Dioses y ancestros, en nuestro territorio.

Siguiendo el camino del druida, podemos descubrir un mayor propósito y significado en nuestra existencia y convertirnos en artífices conscientes de nuestro destino.

Entonces, ser de sombra y fuego es una búsqueda del equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, tanto en lo espiritual como en lo mundano. Implica la aceptación de nuestras sombras y la voluntad de transformar esas energías en fuego creativo.

Significa reconocer que tanto la oscuridad como la luz son partes de la experiencia humana y que ambas son igualmente valiosas. A través de este equilibrio, los druidas buscamos una vida significativa y espiritualmente enriquecedora en la que la introspección y la pasión por lo que hacemos y lo que somos coexisten de manera armoniosa.

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DvbhDair
Laguna Serpiente

Druida, Artista e ilustrador. Ardmháistir de LAFRION