Jeremy Robert Johnson: ‘Existen los Robin Hood en el siglo XXI, pero no buscan ni atención ni gloria’
Fraudes bancarios, drogas extrañas que controlan la mente de quienes las consumen, modificaciones corporales delirantes y una horda de monstruos devora-cerebros que campan a sus anchas por una ciudad que podría ser la nuestra, en un futuro más o menos próximo y, sobre todo, bizarro. Ganadora del premio Wonderland a mejor novela de género Bizarro en 2016, Ciudad Revientacráneos (editado en España por Orciny Press) es un coctel molotov de humor negro, ciencia ficción, ‘noir’ y un surrealismo más rebelde que el tupé de David Lynch.
Su autor, Jeremy Robert Johnson, nos ha dado carta blanca para hacerle una lobotomía y pensamos: “A la mierda, ¿por qué no”.
Cuando empezaste a escribir Ciudad Revientacráneos el protagonista, Doyle, iba a ser un ex agente de policía, pero luego lo convertiste en una especie de Snowden yonki que trabaja en un banco e intenta destapar sus fraudes. ¿Por qué decidiste darle ese giro a la historia?
La idea surgió en 2006 a partir de un relato que había escrito, La liga de los Zeroes. Me pareció que sería divertido rescatar esa atmósfera para contar una historia de detectives ‘hardboiled’ a la que añadir algunos mutantes, drogas extrañas y tortugas. Pero un año después me compré una casa y tuve que empezar a trabajar como analista en un banco muy corrupto –vi demasiadas cosas…–, así que tras experimentar los efectos de la ‘Gran Recesión’ como empleado y como propietario, me pareció que había encontrado un gran gancho para la historia, y de paso me hice a mí mismo terapia escribiéndola después del tiempo que pasé en el ombligo de la bestia.
¿Pueden los Robin Hood existir en pleno siglo XXI?
Claro, pero no se llaman a ellos mismos ‘Robin Hood’ ni buscan atención o gloria. Deben trabajar desde el anonimato porque, de lo contrario, se arriesgan a ser aplastados o corrompidos.
En Ciudad Revientacráneos abordas la clásica dicotomía entre buenos y malos, sólo que los malos son dioses malvados, camellos y CEOs de empresas. ¿Cuál de ellos es más dañino?
En la novela el horror cósmico es el rey; en el mundo real son los CEOs y las clases dominantes con los que uno necesita irse con ojo, porque son los más codiciosos de los bastardos, los que nos quieren tan hundidos y hambrientos como sea posible. Los traficantes, en cambio, son peones dentro del sistema, como tú o yo… A menos que estén comerciando con una droga apocalíptica que vaya a alterar el planeta.
La hexadrina es un tipo de droga que se emplea en la novela para controlar la mente de las personas y recuerda a los experimentos de la CIA con LSD durante los años 50. Para evitar que algunos lectores pidan a sus camellos unos gramos de hexadrina: ¿existe o es inventada?
La hexa es completamente ficcional, aunque algunos de sus efectos no lo sean. Es algo parecido a una mezcla de otras drogas con un poco de mitología.
Hombres ensalada, hombres toro con cuernos implantados… Las modificaciones corporales están muy presentes en tu novela, como lo estaban en La liga de los Zeroes. Si te dieran un vale de descuento para ser operado por un cirujano bizarro, ¿qué tipo de modificaciones corporales pedirías?
Me cambiaría el esqueleto entero por uno de titanio con un exoesqueleto que funcionase con bombas neumáticas. O un pulgar súper largo para poner incómoda a la gente.
En gran parte de Ciudad Revientacráneos Doyle investiga al banco en el que trabaja sumido en un enloquecido estado alterado de conciencia a causa de la hexadrina. ¿Llegaste a vivir en una burbuja mental similar mientras escribías el libro?
Sí, sobre todo debido a la investigación que realicé para la novela y por toda la cafeína que estaba consumiendo. También fue sencillo volcar toda la locura de mi juventud destructiva en la vida de Doyle.
Mencionas en alguna entrevista que llegaste a tener problemas con el FBI durante la investigación para la novela. ¿Qué ocurrió?
Es bastante inquietante… Un día estaba investigando sobre las relaciones del gobierno de mi país con grandes farmacéuticas para realizar pruebas químicas con civiles, cuando una agente del FBI llamó a la puerta de mi casa y empezó a hacerme un montón de preguntas. Supongo que vio que no podía sacar nada y se marchó, pero desde entonces he actualizado los programas de seguridad de mi ordenador muchas veces y siempre que escribo o investigo me pongo algo nervioso.
Los revientacráneos son una especie de monstruos que aparecen en el libro y que se alimentan del cerebro de las personas. Si fueses uno de ellos, ¿qué gran mente te comerías o integrarías?
La de Alan Moore. Debe ser una mente maravillosa…
Doyle tiene una coletilla o lema en el libro que repite una y otra vez: ‘A la mierda, ¿por qué no?’. ¿También es tu lema en la vida?
Solía serlo, pero ahora soy padre y marido y no puedo abandonarme a mi naturaleza…
En Ciudad Revientacráneos hay un guiño a la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, que describe un mundo post-apocalíptico, mientras que en tu libro la apocalipsis es algo que se respira en el aire. ¿Estamos cerca del fin del mundo?
¿El fin del mundo? No, no lo creo. Nuestra especie tal y como existe ahora mismo puede que desaparezca por culpa de las malas decisiones tomadas por los poderosos y porque no podemos evitar ser bastante hipócritas y dañinos para el futuro, pero los seres humanos son sólo un pequeño experimento y no sabemos hacia dónde irán las cosas…
Además de K. Dick, ¿qué otros autores son una inspiración para ti?
Sobre todo James Ellroy, Cody Goodfellow y Brian Everson. Su sintaxis infecta mi cerebro de una manera que ni siquiera comprendo.
La literatura Bizarro ha sido descrita como ‘weird’, grotesca, absurda y surrealista, pero no hay una definición clara… La editora Rose O’Keefe dijo que es algo que “huele como Lynch”. ¿Qué es para ti el Bizarro?
Lo veo menos como Lynch y más en la línea de Troma y el extremismo japonés, si seguimos con las analogías cinematográficas. Pero la definición de que es el equivalente literario a la sección de culto de un videoclub continúa pareciéndome buena. De hecho, el espectro de lo que ahora es llamado Bizarro se ha ido expandiendo con rapidez desde sus comienzos.
La mayoría de los autores pioneros del Bizarro nacieron en Portland. ¿Qué ocurre allí? ¿Es el lugar más extraño del mundo para vivir y escribir?
Creo que la escena se ha diversificado y extendido en todo el mundo, lo que me parece muy interesante y necesario, pero el fenómeno de Portland se produjo porque Rose O’Keefe y Carlton Mellick III viven allí. También fue donde surgió Eraserhead, que definió la estética del género publicando libros que abordaban estas temáticas y acabaron siendo los impulsores de este genero. De todas formas, la única razón por la que acabé trabajando género Bizarro fue porque me mudé a Portland, buscaba a otro escritor con el que beber y Carlton Mellick III quedó conmigo en un bar, y un año más tardé gané su First Book Competition con Angel Dust Apocalypse. No sé si es particularmente raro. Es una ciudad que llama mucho la atención de los escritores por lo fuerte y amplia que es la comunidad literaria y porque Powell’s, la librería más grande del planeta, al menos por lo que sé, actúa como un imán. Pero Portland se ha convertido en un lugar carísimo para vivir y los escritores no ganan demasiado, así que auguro que otra ciudad se convertirá en el centro de la escena Bizarro en los próximos años.
Durante un tiempo fuiste editor y fundador de una small press llamada Swallowdown Press. ¿Es difícil ser un prolífico escritor y editor al mismo tiempo?
Sí, muy difícil. Cuando me convertí en padre tuve que decidir cómo repartir mi ya escaso tiempo, lo que significaba dejar a un lado Swallowdown Press. Sin embargo, estoy orgulloso de haber publicado esos maravillosos libros de Bizarro.
Háblanos de tus proyectos futuros.
Mi próximo libro, que se publicará en Estados Unidos, Entropy in Bloom, recoge los mejores relatos de mis primeras dos colecciones y una novela corta de crimen ‘weird’, The Sleep of Judges. Será mi primer libro publicado en tapa dura y con distribución en librerías por todo el país. La verdad es que estoy muy emocionado de que esta cosa extraña que he estado haciendo en el underground salga a la superficie. También estoy trabajando en dos proyectos más, tras los cuales tengo la esperanza de desaparecer en una cabaña en los bosques e intentar ser acogido como uno más por una familia de lobos.