Pagafantismo navideño en el anime
¡Ah! La Navidad…
Nos consta que much@s de ustedes están de enhorabuena. Por fin llegó esa época del año en la que pueden dar rienda suelta a su cuñadismo y por ello mismo lamentarse de que Fernando Alonso no dé las campanadas junto a Ramón García. O, para los más cinéfilos, comprobar si su estómago puede este año transcender finalmente sus capacidades terrenales y convertirse en un agujero negro de Interstellar (estantería incluida).
En este periodo de descerebrado alborozo nos embarcamos en la travesía de reivindicar uno de los pilares estructurales de las narraciones navideñas en anime y manga: el pagafantismo.
Si buena parte de la animación japonesa parece ubicarse en institutos de secundaria, es natural que se acabe tratando la Navidad; junto al verano y al viaje de fin de curso, los eventos estrella del calendario académico japonés. La celebración de esta fiesta en Japón se debe a su implantación estrictamente comercial, y está eminentemente orientada a pasarla en pareja. La navidad llega a Japón como una imposición extraña y viene a ser prima hermana de nuestro San Valentín. He ahí su relevancia en estas historias de primeros amoríos.
Como vamos comprobar, el protagonista modelo de estas historias demenciales se caracteriza por dominar el arte de pagar refrescos a ambos lados de la friend zone, en buena medida debido a su supuesta caballerosidad y buen corazón. Generalizando, Ikari Shinji, el protagonista de Neon Genesis Evangelion, aglutina buena parte de las características del arquetipo del beta male: Shinji es un adolescente bienintencionado, inseguro, tímido y peix bollit en general, una proyección de lo que Nobita Nobi podría ser si tuviera una padre cabronazo. Ejemplos hay a patadas y los conocen: desde el torpe muchacho protagonista del género harem (Love Hina, To Love Ru) hasta la estilización del arquetipo en las creaciones intimistas de Shinkai Makoto, sin olvidar buena parte de los shōjos.
[caption id=”attachment_14822" align=”aligncenter” width=”460"]
El pagafantas, escuchando a una niña tsundere.[/caption]
El fin de año es una época crucial desde un punto de vista emocional debido a la urgencia desesperada por confesar el amor. Los protagonistas se ven arrastrados por el torrente hormonal que les rodea hasta el punto de realizar esfuerzos titánicos (no olvidemos que es horchata lo que corre por sus venas) para acercarse a su interés amoroso y conseguir pasar la Nochebuena juntos. El mundo de los especiales de Navidad nos permite ver cómo ambas tendencias cuñadan maridan.
Vamos a un ejemplo de manual. El cuarto episodio de I’’s Pure (M. Kanbe, Studio Pierrot y ARMS, 2005–2006) desarrolla buena parte de los tópicos del pagafantas nadalenc. A través de los thumbnails del capítulo podemos distinguir rápidamente los avances de nuestro eunuco protagonista. El plan, una doble cita, es cosa de un amigo (uno con sangre en las venas), que viendo la impotencia del protagonista decide crearle una situación en la que pueda lanzarse. En un karaoke, los cuatro comparten una tarta y brindan con champán, primera toma de contacto con el alcohol. Error: el protagonista arruina la situación porque 1) se emborracha y la lía o, 2) se duerme, la más alta cota de pagafantismo.
Otro escenario muy manido ofrece una variación: es ella la que se emborracha (probablemente al confundir la Fanta con licor) y se duerme. De esta manera, el protagonista se coronará como héroe de los cabestros al permanecer en vela, cuidando del bienestar de su one-sided crush. Evidentemente, al día siguiente ella no se acordará ni de la confesión de él, ni de sus atenciones castas, ni de absolutamente nada que haga cambiar su relación.
El papel de estos especiales navideños dentro de la estructura narrativa de estas series es crucial por estar a medio camino entre el núcleo y la catálisis. Y es que si se supone que esto va de romance, la Navidad de ficción trae consigo serias promesas de hacer avanzar el argumento de alguna manera… pero no, nos quedamos con las ganas. Gracias a ello, con efecto microondas emocional mediante, se mantiene la tensión romántica y se perpetúa la serialidad una semana más.
La moraleja de la semana es clara: esta Nochebuena, eviten brindar con Fanta. ¡Pasen buenas fiestas!
Definición gráfica de la Navidad en Japón en Sailor Moon S: The Movie (H. Shibata, Toei Animation, 1994)