Papá gobierno no tiene porque darle dinero para emprender

Raúl Martín
Lanzando en Costa Rica
5 min readJul 13, 2016

Probablemente es un tema cultural, pero por alguna razón muchos emprendedores en el país esperan que el gobierno les de dinero para iniciar una empresa. ‘Es que en el país no apoyan’. ‘Los bancos no prestan plata’. ‘Acá es por pura argolla’. Todas esas frases son súper comunes y en la mayoría de casos totalmente erradas.

Ni el gobierno ni el banco tienen la obligación de financiar una aventura que podría o no rendir frutos. Pensar que mi emprendimiento es algo que es ‘totalmente garantizado que va a funcionar’ o que ‘tendría un retorno de 100% en 4 meses’ no es excusa para esperar que alguien le inyecte dinero.

El gobierno (y en su defecto los bancos estatales) únicamente deberían dedicar recursos a inversiones que van a sacar de la pobreza a un grupo de personas, mejorar la calidad de vida de grupos que apenas están subsistiendo, o tratar de dar oportunidades en ciertas zonas geográficas. Fuera de esto, el gobierno no tiene por qué tratar de ser un inversionista. Históricamente se ha comprobado que no son buenos para encontrar proyectos prometedores, y además tienen una responsabilidad de no despilfarrar fondos.

Es llegar a lo absurdo, pero todo esto se puede ilustrar fácilmente con un ejemplo: Supongamos que ponemos nuestros ahorros, una cesantía, o fondos para la educación de nuestros hijos en una cuenta en un banco ‘ ara que gane intereses. Un año después esperábamos tener un rendimiento pero en lugar de eso, el oficial del banco nos informa que perdimos un 30% de nuestros fondos porque el Banco de Costa Rica decidió invertir fondos en proyectos riesgosos. ¿Sería eso justo?

Dudo que alguno de nosotros aceptaría algo así. Claro, en realidad esto no podría pasar por varias razones. El estado garantiza los fondos en bancos estatales, un banco jamás nos podría traspasar sus propias pérdidas, nosotros no escogimos tener una cartera así de riesgosa, en general esta actividad está súper regulada y no podría ser posible…

El clásico ejemplo de despilfarro estatal: el AyA destruyendo carreteras recién asfaltadas

Pero el ejemplo es meramente para ilustrar que los bancos tienen una responsabilidad fiduciaria con los ahorros de los que dispone. Por lo tanto, su idea “loca” (o perfectamente bien aterrizada y factible) tiene que pasar por filtros que el banco considera que la hacen una inversión idónea. Lamentablemente esto implica cierta cantidad de años de funcionamiento, o ventas realizadas, o garantías que un emprendedor que está iniciando usualmente no tiene.

¿Entonces qué se supone que tengo que hacer?

Hay que recurrir a los mecanismos existentes para conseguir financiamiento y poner en marcha nuestras ideas. Como ya se ilustró, en el 99% de los casos esto no es ir a un banco. Hay que recurrir a otras alternativas que están más dispuestas a asumir el riesgo. En su esencia más pura, este capital consiste de a-Ahorros propios, b-Capital de familiares y amigos, c- Incubadoras/aceleradoras, d- Capital de riesgo.

El problema que suele existir, es que generalmente nuestros fondos no son suficientes para financiar nuestra idea. Se complica porque usualmente nuestros amigos y familiares están en una situación económica similar, así que de ellos no podemos conseguir el capital que nos hace falta.

Y la gran agravante en el país, es que el ecosistema de emprendimiento no está muy desarrollado, por lo que hay una demanda mucho mayor a la que las aceleradoras y los fondos de inversión están en capacidad de colocar.

Esto no significa que no hay capital en el país. Los proyectos con mucho potencial siempre van a tener inversionistas dispuestos a colocar dinero. Pero la realidad en la que vivimos es que para llegar a un punto donde alguien pueda invertir y se vea que el proyecto tiene potencial, es necesario hacer una inversión inicial (de capital y/o tiempo), y luego presentar estos resultados a los expertos.

Si una empresa muestra buenos prospectos, va a tener la oportunidad de obtener fondos

¿O sea que mis opciones son buscar capital fuera de Costa Rica o rendirme?

Para nada. El camino de los emprendedores siempre es subir cuesta arriba, así que hay barreras que hay que ir superando. En los últimos 4 años se ha visto que el ecosistema ha evolucionado y quizás estos procesos cambien a futuro, pero actualmente a puro ingenio, garra y chutzpah es que se tiene que salir adelante. Esto implica que la validación inicial/conformación del equipo/primeros clientes se deben hacer por cuenta propia.

Conseguir la forma de crear y tener un prototipo inicial requiere su propia nota, pero en general las formas de hacerlo son muy estandarizadas.

Se trabaja luego de las horas laborales para iniciar. Si se requiere dinero se trabaja con ahorros propios. Si no hay ahorros o se necesita de la ayuda de otros profesionales, se les tiene que vender la idea. No tienen que invertir dinero, pero su tiempo y experiencia en el proyecto es una inversión de igual forma.

Si esto no funciona, es necesario tratar de conseguir capital de familiares/amigos o conocidos. No estamos en EE.UU. donde es posible que nos den $30 mil dólares sin que le duela a alguien, pero cantidades más bajas pueden ser manejables. La alternativa a estas inversiones es conseguir el capital de nuestros mismos clientes. La falta de confianza es un problema, pero en teoría es posible ofrecerles el servicio antes de construirlo, y con su inversión crearlo.

En Estados Unidos se le conoce a la inversión inicial como FFF, donde los ‘tontos’ son los que invierten sin tener una relación de amistad/sangre, y no conocen los prospectos de la empresa

Si no logramos alzar capital de estas fuentes, podemos buscar referencias de inversionistas, pero en general sin haber validado nuestra idea o tener muestras de avances/clientes, difícilmente van a tomarnos en serio. Únicamente en este punto, luego de haber agotado todas las demás opciones, es que un banco debería considerarse.

De hecho si nos ponemos a pensar… No convencimos a nuestros amigos que invirtieran tiempo en esto, no convencimos a nuestros familiares que nos prestarán dinero, no convencimos a futuros clientes que vieran el valor en nuestra propuesta… Y no convencimos a personas amantes del riesgo a creer que tenemos algo que vale la pena. ¿Por qué un banco tomaría el riesgo que nadie más tomó?

Definitivamente el gobierno no hace fácil emprender en el país. Chile, México y otros países latinoamericanos han reducido las barreras para crear un negocio y lo han convertido en un proceso muy simple. En Costa Rica hay muchos programas que dedican ayuda y algunos incluso buscan inyectar fondos a ciertas empresas. Pero no podemos pretender que el gobierno asuma nuestros riesgos, simplemente no es su papel.

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