3 Claves para una “alegría plena”
Reflexión del Evangelio del Domingo VI de Pascua
Juan 15:9–17
Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
«Lo que os mando es que os améis los unos a los otros»
El evangelio de hoy nos habla de una “alegría plena”. No es meramente superficial ni pasajera. Es una alegría que resuena en nuestro interior y que se quiere quedar con nosotros si realmente queremos y estamos interesados en poseerla.
Pero se nos habla de esa algería no solamente para ilusionarnos diciendo: “¡Qué bonito o más bien, algún día…!” No, hoy Jesús nos da las claves para que esa alegía sea realmente plena en nosotros.
1. “Como el Padre me ha amado, así también os he amado Yo”
Esta es la primera clave, puesto que es necesario saber ante todo el papel que desempeñamos en este mundo: reconocer nuestra condición de creaturas y de hijos. Hijos de un Padre que nos ama locamente y me atrevería a decir “extremadamente innecesario”. Pero sólo porque me Ama.
Una vez que reconocemos nuestra posición y la posición de Dios como Padre, es cuando podemos avanzar por la escalera de la plena Alegría.
Permanecer en el amor del Padre, conlleva una fidelidad y, como deudores, queremos remunerar aquello que hemos recibido. Ésta es la actitud más grandiosa que podemos expresar una vez nos reconocemos creaturas e Hijos.
2️. “Dar la vida por los demás y por nuestros Amigos”
Este grado nos cuesta más porque nos pide algo que nos pertenece, recordemos la imagen de la escalera; seguimos subiendo, esta es otra escala, cada vez que vamos subiendo nos costará aún más, y así hasta que lleguemos a la meta.
Es tan fácil pensar en nostros mismos, pero en realidad lo más meritorio es cuando pensamos en los demás, hemos venido al mundo rodeados de personas, no estoy solo, estoy rodeado de personas; unas mas íntimas y otras no tanto. Somos seres sociales que necesitamos de los demás para subsitir. Pero lo curioso es que también tenemos un egoísmo que en ocasiones nos vence y nos hace encerrarnos mucho en nosotros mismos y es ahí cuando dejamos de pensar en nuestro prójimo y cuando tenemos que tener una actitud de vencernos para ganar un premio mayor, “Mi alegría plena”.
Esto se va logrando en la medida en que pienso en los otros. Cuando vamos progresando queremos más y más y es el momento en que incluso estaríamos dispuestos a dar la vida por ellos (amigos y prójimo) Recordar que el primer paso son aquellas personas que nos rodean.
3️. “No somos siervos sino Amigos”
Continuamos subiendo la escalera, pero no estamos solos, hay alguien que nos guía y nos da un “empujoncito”. Esa persona me llama amigo, un amigo que me acompaña, que es fiel y siempre quiere lo mejor de mí. Esta es la otra clave de la Alegría plena, saberme acompañado, escuchado y además querido por una persona que es especial, que me llama su amigo y se toma en serio su papel de verdadero Amigo.
No esperemos una alegría que sea “light”, nos costará y nos arrebatará muchas veces eso que no queremos dar por completo. Pero tomémoslo como un reto de dar eso que nos cuesta con tal de ir subiendo la escalera. Eso sí, jamás olvidar que no subimos solos, esa persona que nos acompaña es verdaderamente un Amigo y nos quiere no por lo que tenemos sino por lo que somos. “Él me ha amado primero” y me seguirá amando, porque a Él le importo y por esa razón existo.
