El milagro de la mañana

Veronica Brunkow
Lanzar las Redes
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3 min readMay 12, 2018

Hace unas semanas, llegó a mis manos un libro llamado: “The Miracle Morning”, de Hal Elrod. La descripción del libro, invita a conocer un método simple y eficaz que nos va a proporcionar la “vida de nuestros sueños” antes de las 8 de la mañana. El libro explica los beneficios de despertarse temprano y así desarrollar todo nuestro potencial y nuestras habilidades. El “Milagro de la mañana” permite al lector alcanzar niveles de éxito jamás imaginados por medio de una mudanza de hábitos y una nueva rutina matinal propuesta por el autor. Proporciona mejorías significativas en la salud, en la felicidad, en las relaciones, en la espiritualidad, en cualquier otra área que necesite ser perfeccionada.

Les comparto que al leer esta descripción “devoré” el libro en 2 horas y al día siguiente traté de empezar el reto que el libro propone. Puse mi despertador para las 5 de la mañana para empezar a correr tempranito y así dar inicio a una “nueva rutina y a nuevos hábitos matutinos”.

Primer día: muy bien. Segundo día: muy bien…y poco a poco el cansancio empezó a notarse a lo largo del día, pero no quise abandonar el desafío que el “Milagro de la Mañana” me proponía, así que seguí adelante en mi firme propósito. Hasta que llegó el día en que el cansancio me venció…apagué el despertador y volví a la cama. Tengo que confesar que el sentimiento de frustración me invadió al despertarme una hora más tarde y durante todo ese día una sombra de desaliento me acompañó…hasta que al llegar al final de la jornada, me detuve a pensar ¿cuál era mi afán en querer despertarme una hora antes de lo habitual…?¿qué estaba realmente buscando…? y me di cuenta que en el fondo había un deseo de un cambio, de que algo fuera nuevo, de una transformación (todo lo que el libro prometía en su descripción yo esperaba que podría lograr aceptando ese desafío)

En esa misma noche, me sucedió algo que les quiero compartir aquí…

Estaba a punto de poner el despertador y dudaba si retomar o no mi propósito y en esos segundos de indecisión, llegó a mi corazón una “dulce invitación”. Se trataba de la Santísima Virgen María que me lanzaba un lindo desafío: “¿Y si te despiertas solo unos minutitos antes y rezas el rosario al empezar tu día?”

Esa propuesta llegó con una dulzura enorme a mi corazón y de manera alguna quise rechazar esta invitación. Así que, ¡acepté el “reto de María”!

Al sonar el despertador, me invadió una fuerza distinta, como si Ella misma me estuviera levantando de la cama. Y mientras empezaba a rezar mi rosario caminando por el jardín, cuando todavía no salía el sol, miré al cielo y contemplé una estrella que brillaba…y pude entender porque a la Santísima Virgen se le llama con cariño: Estrella de la Mañana.

Antes de salir el sol, hay una estrella que parece anunciar la llegada del día. Es también la estrella que orienta y guía a los navegantes a que lleguen a porto seguro. La estrella que nos guía cuando todavía todo es oscuro.

En ese momento, me di cuenta que al despertarme todos los días de la mano de María, sería un empezar mi jornada como esos navegantes que buscan una estrella en medio de la oscuridad que pueda orientar y conducirles a puerto seguro.

¡Qué seguridad empezar el día así! Sabiendo que me puedo poner en sus manos confiadamente y empezar mi día no solo buscando una transformación personal, sino la transformación de muchos corazones, la transformación del mundo, siendo que el rosario es también una fuerte oración de intercesión.

María es quien me está enseñando que el verdadero milagro de la mañana consiste en despertar cada día a una nueva oportunidad que Dios nos concede para vivir esa única vida que tenemos para llenarla de amor, para entregarla por los demás.

Así que…si también estás buscando una mudanza de hábitos y una nueva rutina matinal, te invito a que aceptes el “Reto de María” y deja que Ella sea tu estrella de la mañana.

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Veronica Brunkow
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Soy Consagrada del Regnum Christi // Comparto lo que soy y amo