María camina con nosotros

H. Diego Lobo, LC

Estamos en Cuaresma y nuestra mirada se centra en Jesús que está en el desierto haciendo ayuno y oración para preparase para su ministerio, siguiendo su ejemplo nosotros nos estamos preparando para la Semana Santa y contemplar los misterios de nuestra fe; para ver y acompañar al Señor en su Pasión, Muerte y Resurrección.

Te recomendamos escuchar este tema musical para la reflexión.

Es un momento propicio para ver también a María, que sabía lo que iba a pasar y todo lo que debía sufrir Jesús en la hora de su muerte. Pero no imaginaba lo que en realidad sería ese momento, la intensidad de los dolores propios. Ver a su hijo apresado y siendo interrogado por los Sumos Sacerdotes, ser golpeado y escupido; ella que constantemente veía ese rostro durante 30 años en el silencio y la vida ordinaria de Nazaret, ahora lo veía tan dolorido y deformado por nuestros pecados.

Verla junto a la Cruz, sufriendo con su hijo, “carne de su carne, sangre de su sangre” y aun así, sufriendo dolores, no se movió de la cruz, quería sufrir con su hijo, quería acompañarle en el momento de la verdadera prueba. Destrozada en su corazón por tanta maldad y pecado, pero está allí, fiel a ese Sí que dio el día de la Anunciación y que ahora era el momento de abrazarlo con más amor.

Tomemos un momento de nuestro día en esta Cuaresma, al menos un rato durante el sábado y pidámosle a la Virgen que nos enseñe a ese Jesús, a ese que llevó en su seno, que cuidó y educó. Ella, que estuvo junto a Él en la cruz y lo tomó en sus brazos después de su muerte; pero sobre todo con la esperanza de la Resurrección, ella lo sabía y creía, pero el dolor que sentía en ese momento no le dejaba ver lo que se acercaba, el momento de Su Victoria y de la Nuestra.

Que María nos acompañe en esta Cuaresma
y nos prepare para recibirle y acercarnos más a ÉL.

Escrito por H. Diego José Lobo Mendoza, L.C.