La Ruta Pirata

Mercurio Cadena
La Partida
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4 min readJul 20, 2018

Recuperar a los orígenes para cultivar una nueva representatividad

Varios ensayos han surgido ya tratando de diagnosticar la derrota de Wikipolítica. Yo he leído dos: las Reflexiones de Campaña de Armando Sobrino (que se enfoca exclusivamente en la campaña de Ciudad de México) y el ensayo sobre Por qué perdieron las candidaturas de Wikipolítica de Julián Atilano.

Hago una síntesis de las tres hipótesis que me parecen más importantes, agregando mis notas personales:

  1. La inequidad de la contienda: La ley está hecha para organizaciones que ya cuentan con estructuras administrativas (parte de lo que Julián llama “activos de los partidos”), y no se ajusta a las candidaturas independientes que tienen que construirlas de cero (o adaptar las pequeñas estructuras voluntarias disponibles). Además, los tiempos de radio y televisión se distribuyen de manera absurda: a Roberto sólo le asignaron un impacto de 30 segundos para los 30 días de campaña, en una elección presidencial que absorbe la atención, y sin contar con una estructura nacional que resonara nuestro mensaje y encuadres. Adicionalmente, los partidos aprovechan sus estructuras para llevar a cabo dinámicas corporativistas como la compra del voto. Finalmente, los partidos tienen garantizadas las transferencias de recursos públicos, mientras que nosotras tuvimos que dedicar tiempo y esfuerzo al tema.
  2. Estrategia: Armando hace un recuento muy valioso de las decisiones y compromisos que se asumieron (y que se volverían a asumir), que sin embargo representaron costos importantes: el no destinar fuerzas simultáneamente a la obtención de la candidatura mixta y a la construcción de estructura electoral; la decisión de no usar basura electoral (sin encontrar la forma de sustituir la visualización perdida); haber sobreestimado el conocimiento de Pedro Kumamoto en el distrito 26 (que, sin embargo, ayudó mucho en el reclutamiento).
  3. Discurso. El análisis de Armando considera que la narrativa no logró posicionarnos como opción viable; pero la visión de ciudad, el contenido y los encuadres del discurso fueron correctos. Yo discrepo (y me acerco, creo, al análisis de Julián): mi hipótesis es que generar interés y búsquedas en Google o en redes sociales no es sinónimo de emocionar o persuadir (que es lo que busca la comunicación política electoral). Generar curiosidad no es convencer. Hacer narrativa pública bonita es necesario, pero no suficiente; porque si la narrativa no es al mismo tiempo histórica, no será representativa (“histórica” en el sentido de que tome en consideración la vida de las personas: los dolores y afectos concretos y en el tiempo de la gente. La idea de respetar a la historia se la debo a Esteban Olhovich, aunque las conclusiones y sus posibles errores son mías). Es por esto que yo discrepo de la conclusión de Armando: no sólo necesitamos llegar a más personas; necesitamos ser representativos en la comunicación; sin tintes de pureza ciudadana que terminen por no representar a ninguna mayoría. Esto será difícil mientras esa representación se nos escape, también, al interior de la organización.

Considero de esencial congruencia con la Creación Colectiva el ser capaz de derivar lecciones de todas las fuentes posibles. En este sentido, me parece urgente voltear a ver a Morena a la luz de estas tres hipótesis por varias razones. La principal y más importante es el abrumador éxito de este partido, no sólo en lo nacional, sino en lo que nos compete como Wikipolítica. Morena nos desplazó de la primera minoría al Senado por Jalisco, y ganó el distrito 26 local de Ciudad de México. Es decir: se alzó con la victoria electoral en varias de nuestras arenas. Esto por sí solo es razón suficiente para analizarlos, siempre que se quiera crecer y mejorar como organización. Si bien ello requerirá mucho trabajo por las múltiples causas detrás del éxito, hoy me permito una intuición: Morena logró una narrativa tan abrumadoramente histórica (y por tanto representativa) en lo federal que sus efectos permearon sin problema en lo local y municipal, independientemente de los discursos y estrategias electorales de sus demás candidatas. Ellas le hablaron a la mayoría agraviada de este país. Nosotras, en cambio, hablamos en general de un país bonito y de un bosque que no existe, sin ser muy claras sobre cómo los cultivaríamos.

¿Y de aquí, para dónde? No lo tengo claro, pero creo que como organización tenemos dos retos fundamentales: necesitamos reducir la inequidad en la contienda, y para ello una reforma al sistema de partidos es fundamental. Abrir el sistema al escrutinio y la participación generalizada es pieza clave para evitar el despilfarro y la corrupción que rodea a las opciones formalmente organizadas. Abrir el sistema a la gente.

Sin embargo, el reto que más me interesa es el interno: necesitamos redefinirnos y reconstruirnos para 1)ser una fuerza política representativa de mayorías; 2) capaz de disputar abiertamente el sentido común y la hegemonía política, 3) que sea sustentable laboral y financieramente, y 4) que sea coherente, tanto al interior como al exterior, con los principios que determinan la nueva manera de hacer política que tanto pregonamos. En particular, creo que necesitamos recuperar la noción pirata de Creación Colectiva que le dio origen a esta organización. No olvidemos, como dice Torvalds, que la solución a un problema es mucho más obvia mientras más ojos lo observen. Dedicarnos a desarrollar esta promesa de democracia radical debe ser, en mi opinión, el aspecto prioritario de la organización, y para ello un buen primer paso es abrazar a la crítica y a la creatividad colectivas, y volvernos finas en el método político por excelencia: la escucha.

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Mercurio Cadena
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@Hache_g. Abogado que codea. Videojuegos, admon de proyectos, ética, socialismo, obradorismo.