Regla #14: Usa un proceso dinámico para elementos reactivos

Por Marty Neumeier

Marty Neumeier
Las Reglas de la Genialidad 
3 min readApr 16, 2014

--

Bienvenido a Las Reglas de la Genialidad, la serie semanal de Marty Neumeier’s sobre creatividad.

Los problemas complejos son dinámicos. No se quedan quietos mientras que trabajas sobre ellos. La aproximación tradicional es abordar un problema complejo como si fuera simple, dividiéndolo en pasos que pueden ejecutarse uno a la vez. A menudo el resultado era 1) una solución no resolvió el problema real, 2) una solución que causa nuevos problemas, o 3) una solución altamente ineficiente. Sólo porque hayas cumplido con el checklist, no significa que hayas resuelto el problema.

Los problemas complejos — partes que cambian dinámicamente con cada cambio que se hace al conjunto — requieren un proceso de “todo a la vez” más que un proceso de paso a paso. La manera en la que esto se desenvuelva depende de lo que sea el proyecto.

Tomemos el caso de construir una marca para un producto nuevo. La marca es la percepción de un consumidor sobre el producto, servicio, o empresa. Por lo tanto, la tarea de construcción de marca es entregar experiencias que les ayuden a los clientes a percibir la marca de manera favorable. La prueba del éxito no es cuántas tareas hayas cumplido, sino que el cambio en lo que el cliente piensa de la categoría en la que compites. La idea es que los clientes te marquen como primera o segunda opción en tu categoría, no quinta o sexta.

Las experiencias que diseñas para los clientes pueden incluir el producto o una serie de mensajes sobre el, y la manera en que es empaquetado, vendido, o entregado. Puedes tener características que deleiten tanto a tus clientes, que quieran contarle a sus amigos o escribir notas positivas en internet. Podrías capacitar empleados de primera línea para representar la marca de una manera que alegre a los clientes. Podrías diseñar un programa para impulsar la lealtad, más que arriesgaste a perder clientes ante la competencia. Más allá de todo esto, puedes inyectar novedad e imaginación a estos elementos, para que tu marca se vuelva difícil de copiar.

Un programa con este nivel de complejidad tiene más en común con componer una canción que hacer una torta. Si tratas de resolver estos elementos uno a la vez, probablemente termines con una “Frankenmarca”, un collage de experiencias que los consumidores perciben como incongruentes e inorgánicos.

Un mejor proceso para diseñar un programa complejo es abordar a todos los elementos a la vez. Permitir que las partes tengan influencia entre si, de manera dinámica, a medida que surgen en tu mente, en el lápiz, o pizarrón del equipo. Déjalos que choquen y generen nuevos elementos. Manténlos en un estado líquido el tiempo necesario para verlos cambiar y mutar hasta convertirse en posibilidades nuevas que sorprendan. Revuélvelas hasta que sean un todo, que sea más que sólo la suma de sus partes.

Cuando se usa en equipos, este proceso de todo-vale se conoce como “enjambre”. Es rápido, emocionante, y apto para equipos pequeños de profesionales creativos. También es desconcertantemente caótico. El enjambre no es para los débiles.

Próxima semana: Trabaja hacia una estructura apropiada. Cada diseño tiene un orden propio.

Sobre Las Reglas de la Genialidad
¿Quieres ser un genio? La genialidad se alcanza, se construye. Ahora lo puedes hacer siguiendo (y a veces rompiendo) las 46 reglas presentadas en esta serie semanal. Las reglas son adaptaciones de Metaskills: Five Talents for the Robotic Age, el libro sobre la creatividad en los negocios de Marty Neumeier.

--

--

Marty Neumeier
Las Reglas de la Genialidad 

Thoughts on design, brand, and innovation. Director of Transformation at Liquid Agency, and author of seven books on branding.